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domingo, 13 de octubre de 2013

LOS PROMOTORES DEL SUBDESARROLLO



Anoche en La Sexta, descubro a Elpidio Silva, el juez acosado por encarcelar a Blesa. Tipo sólido y claro en sus definiciones. También cauto por circunstancias previsibles. 

El resto del programa que conduce Iñaki López no presentó grandes novedades. Ahí seguía Marhuenda, la miseria moral personificada. Y Alfonso Rojo, que sin ser el otro le anda muy cerca en su grotesca defensa de lo indefendible. Sin duda las parientas pobres de la función fueron Edurne Uriarte (ex de Wert y columnista del ABC), y una abogada chillona de cuyo nombre no quiero acordarme. También lucía sus gestos de "Balú" en versión gore, el malicioso Antonio Martín Beaumont (ex de las Nuevas Degeneraciones del PP), y su aire de sabueso alquilado Eduardo Inda, obediente empleado de Pedro J. Ramirez y admirador de Wert. Parece lógico, pues la real contribución del señor Inda a la cultura pasó por dirigir el semanario deportivo "Marca".
La franja izquierda y central del espacio manifestó la tolerancia de siempre con los otros. No es que no señalen faltas ni delitos de este gobierno/ basura, pero cuidando el trasero, no sea cosa de que los expulsen del paraíso tertuliano que les da de comer, en esta y el resto de las cadenas (incluso las estatales en algún caso). 
El drama verdadero de los referidos debates, primitivos y diversionistas, radica en el espacio abrumador que ocupa la propaganda oficial, trabando cualquier combate serio contra los estafadores políticos y delincuentes económicos que vaya a fondo. La experiencia indica que, desde que gobierna el PP, Rajoy y los suyos ocupan su tiempo en precisar, de un día para otro, qué franja de ciudadanos van a joder, según manda la reforma constitucional priorizando el pago de la deuda soberana.
Nadie en su sano juicio cree que, salvo Inda, que al menos investiga ciertas tropelías, alguno de los personajes señalados sea un periodista de verdad. Hay muchos más, hasta el extremo de que, en el presente son mayoría en los periódicos, radios y cadenas. Fácilmente identificables desde el recitado y la crispación, vienen a ser promotores tarifados, no analistas.
La derecha mediática en España es tan cavernaria como el perverso circuito social, político y económico que la genera. Sus miembros equivalen a las montañas del Tirol proyectando el eco constante de la consabida tropelía oficial, instrumentada por la dictadura parlamentaria de su gobierno, con la complicidad activa del PSOE, en manos de Rubalcaba, o Susana Díaz (dama de sonrisa caníbal, mal remedio para la enfermedad).
El que los ricos hayan aumentado en un 13% y los pobres mucho más explica en parte esta presencia dominante y opresiva de la copla reaccionaria.
La tradición democrática del disenso y la polémica, pervertida todos estos años (especialmente desde los ´90), brinda estos ejemplos de ferocidad desvergonzada o blandura vergonzante. Son expresiones simétricas en el fondo. Unas y otras se fagocitan y estimulan, mientras la economía doméstica se hunde, y la sociedad española completa su azaroso viaje al subdesarrollo.
Desde luego, ayer no completé el visionado de "La Sexta Noche". El nervio cultural y la sed de vida exigen otras cosas.

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