Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

lunes, 14 de octubre de 2013

ARRIBA Y ABAJO



Los noventa en América Latina fueron una década extraviada en políticas neoliberales, de resultado catastrófico tras crueles dictaduras militares y democracias insuficientes. Ahora le toca el turno a Europa. Allí ya no, porque, salvo algunas excepciones, aprendieron en sus carnes lo que supone el poder financiero y la hegemonía de una potencia. Aquí en cambio, falta padecer aún más para tocar fondo, y recién luego reemprender el progreso, dejando atrás el vasallaje.
Yo recuerdo que, cuando estalló la tragedia argentina del 2001, mis compatriotas, sabedores del conocimiento que yo acreditaba sobre los países latinos, preguntaban cómo era posible que pueblos tan potencialmente ricos, fueran tan pobres. 
"Si nosotros no estuviéramos en la UE, quizá viviríamos peor que ellos"- les decía, sabedor del pie cojo que gastábamos en materia cultural, política e industrial. Y no me equivocaba. 
Bastó un cambio de rumbo económico en los países centrales (Alemania & aliados) que cortan el bacalao continental, para que España, Grecia, Portugal, Irlanda y en parte Italia se viniesen abajo, como castillos de arena barridos por la marea. 
Antes, Washington y el FMI, o el Banco Mundial cortaban la baraja en América Latina. Ahora Berlín dicta las normas sociales y económicas en este viejo terruño, empobrecido y endeudado que, un día ya distante amagó ser puntero y ejemplo del bienestar generalizado...

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