Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

lunes, 7 de octubre de 2013

ABATIR LO VIEJO FUNDANDO LO NUEVO


Desde Catalunya y durante los últimos 31 años he visto a mis despolitizados compatriotas vivir su vida exclusivamente, después de cada votación. La miseria del franquismo se transformó así, en una calma chicha del consumo, durante la larguísima transición que llevó a esta monarquía constitucional, y la alternancia en el poder de dos formaciones conservadoras. Junto a ellas, otras regionales explotaron la veta nacionalista, mediante las armas del lenguaje bajo en contenidos sociales y culturales. Era otra forma peculiar de mirarse el ombligo desde el territorio y sus símbolos, soslayando la condición humana de la política desde la participación y el compromiso activos. 

También se erigió esta forma asimétrica de desarrollo, en una pieza maestra dividiendo fuerzas, para controlar mejor una sociedad civil adormecida y aborregada. 
El coste verdadero de esa experiencia acrítica asoma con extrema brutalidad en esta crisis devastadora. Ella devora con gula insaciable los derechos cedidos, o los conquistados en materia de bienestar social y potección al más débil. 
Lo que se larvó durante tanto tiempo tras la derrota del ´39 y la pesadilla franquista, vuelve a deflagrar con todas sus cargas crueles. No somos los únicos en padecer este mal desde territorio europeo, pasto de guerras e invasiones constantes durante siglos. 
A otros colegas de infortunio también les toca tributar a la Historia atrocidades e insuficiencias del pasado lejano, o el más reciente. 
Sin embargo, no estar solos en la desgracia poco ayuda a superarla. Si esta Unión Europea es, en verdad, una farsa hegemónica de señores y vasallos donde mandan el dinero y la explotación, cabrá desmontarla, planificando otra nueva unidad: la de la equidad social y el pleno empleo, fundando una nueva mancomunidad de intereses, acorde con el progreso, la justicia y la democracia.

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