Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

domingo, 27 de diciembre de 2009

GALERÍA NOCTURNA EN CLAVE AUSTRAL.











En la presente Galería Nocturna, cuatro personajes de actualidad. La columna retrata a Mariano Grondona, el frágil dúo Abel Parentini Posse - Mauricio Macri, y Horacio Verbitsky.

"Cuando hablo de la nocturnidad aplicada al comportamiento humano invoco aquello que se piensa, se dice o ejecuta a medias, en la sombra o la niebla. Como al pasar, imitando a la cobra en la mordida y aguardando que el veneno, vertido desde el colmillo por fuerza mayor surta efecto, para engullir la presa". JB
Desde "La Nación" y "Página 12" me llegan hoy dos comentarios sobre Posse y Macri. A los Kirchner, verdadero objetivo del primer cañonazo, Mariano Grondona los roza apenas. Desde el otro los ensalza en el silencio, de hecho y como siempre, Horacio Verbitsky. El leit motiv continúa siendo el renunciante Abel Parentini Posse, un cadáver politico de breve y controvertido aleteo de carancho en el gabinete de Mauricio Macri.

En los dos comentaristas y sus opuestos promotores planea la muerte.

Del señor Grondona mucho se ha escrito, abonando él mismo mediante una trayectoria fecunda para el gorilaje antiperonista de los años ´50 (previa intervención en los siniestros "Comandos Civiles"actuantes el 16 de junio del 55 y tras el derrocamiento de Juan Perón), el despotismo militar que volteó debiles interinatos civiles, la horrenda dictadura procesista y una reconversión democrática más que dudosa, la poca fiabilidad de sus vertidos literarios y presentaciones mediáticas.

El señor Verbitsky tampoco es de fiar, partiendo de su doble juego entre la jefatura operativa montoneril y la libertad de la que gozó en la Argentina para desplazarse a su antojo, mientras sus " compañeros" eran metódicamente saqueados y asesinados en los pozos, los basurales o en fondo del Atlántico tras ser arrojados en viajes espeluznantes, desde transporte militar aéreo.

Ahora el caballero sirve a los Kirchner empleando un método digno del antifascista y servidor de Stalin, Willi Münzenberg, encabezando una partida de comentaristas que fustiga a la derecha mediática y los deshechos procesistas, sin criticar en lo más mínimo el poder.

A continuación paso a detallar pequeñas huellas delictivas de carácter conceptual en ambos procederes.

Refiriéndose a Antonio Gramsci y su comunismo gradual de perspectiva electoralista captando a la clase media (lo que no es del todo exacto dicho así), sostiene Grondona:

"En 1926, pese a ponerlo preso, hasta su muerte en 1937, Mussolini le permitió (el subrayado es mío) elaborar sus ideas desde la prisión, una oportunidad que Gramsci aprovechó para escribir sus famosos "Cuadernos de la cárcel", que suman nada menos que 2848 páginas".

La elección de los términos que se emplean para describir el brutal episodio desde una cárcel de por vida impuesta por el fascismo marca el enfoque.

Lejos de condenar la prisión de Gramsci, el redactor del "Comunicado 150" del Ejército Azul y joven asesor del Onganiato, destaca en la vejez su fruto, amargo para cualquier persona privada de libertad, aunque él lo pondere como premio consuelo para las gentes de izquierda, amparando de facto la memoria de Mussolini (Onganía, entusiasta de Franco, también lo admiraba).

Entre otros argumentos que luego esgrime defendiendo a Posse y su fugaz jefe de gabinete, señala una pretendida "demonización", promovida exitosamente por el revisionismo "montonero", con antededentes carcelarios para represores a los que con toda razón se siguen ajustando cuentas.
Ya en la picota, el diplomático, escritor, asesor y admirador de todo lo que huela a sangre y fuego para con el bolchevismo leninista - trotskista y los jovenes rockeros, viene a resultar una suerte de víctima. El ángel caído que el siempre atildado don Mariano, lobo disfrazado de catedrático ovejeril, protege desde el rincón más oscuro de su alma.

En algo no desacierta. Posse es la derecha gore; aunque no toda la derecha ame con semejante pasión la muerte.

Este romance con la Parca, tan semejante al que han profesado con muy pocas reservas los militares argentinos entre 1955 y 1983, cristaliza en el pensamiento de Posse en proporción volcánica, y más bien desquiciada.

Justamente Verbitsky analiza el fenómeno a través del prisma que ofrece su última novela, dedicada al joven hijo suicida.

Acierta sin duda en su diagnóstico tras puntear fragmentos del texto, al señalar desaprensiones constantes y cierta escatología macabra, matizada por detalles de lujo burgués y refinamiento fuera de borda, propios de un hombre de mundo.

No leí la novela, sí en cambio las declaraciones de Posse en "La Nación" del pasado 10 de octubre, a propósito del libro. Son improcedentes y elusivas de toda responsabilidad sobre el suicidio, proyectando detalles repugnantes y hasta vampíricos si se quiere en nombre "del amor" (¡¿?!).

De Posse conozco "La Pasión según Eva". Figura en mi bibliografía y no está mal escrito. Hasta diría sin temor a equivocarme que lo realizado por el insustancial Tomás Eloy Martinez con la segunda mujer de Perón es inferior en toda regla. Pero la idea que resuelve esta superioridad de Posse, es justamente la de desdoblar a Eva Duarte de Perón entre la mujer más poderosa del país, amada y odiada, con la ilegítima Ibarguren, a la que identifica con el cáncer que la va royendo.
Ahí está en su salsa sin llegar aún al trazo "gore" que manifiesta según aapostillas, su último texto.

El hallazgo indudable de "La pasión..." se apoya en las pulsiones de muerte que persiguen al propio escritor, y que él, en alguna forma transladó a su hijo en vida, hasta el fatal desenlace. La decisión de edificar un texto con un fragmento trágico de su propia existencia ya está cargado de culpas. Verbitsky lo señala en detalle aguzando la pluma y, olvidando a su vez que, merced a su operativa -y que me aspen si no es cierto-, él mismo y no Posse privó a varios padres de otros hijos, y a otros hijos de sus padres.

A diferencia de Grondona, Verbitsky no es profesoral ni su narcicismo guarda relación con los extremos churriguerescos que gasta el aludido escritor de breve ministerio. Su escenario favorito son los foros internacionales ensayando eterna pose liberal.

En contrapartida, queda claro que le fascinan la maquinación compulsiva, el espionaje, y una relación de doble vínculo con la existencia y los demás. En Castelar, mi amiga, la tía Dora, sentenciaba en 1969: "Horacio es un alma burguesa". Afecta, pensaba yo, a los militares.
Sin autocrítica, lo peor del pasado pervive en el presente aunque se guarde bajo llave.

El conglomerado de cualidades tampoco excluye la cuota de violencia inherente. Por eso Verbitsky respalda con fervor la caza, captura y juicio a los represores de los ´70. Es una forma de excluirse de una participación que ha eludido asumir posterior penitencia, al modo del "pueta" Juan Gelman y otros ilustres de la moderna democracia universal. Para ellos la función empieza cuando se democratizan.

En cualquier caso, admito que la guerrilla terrorista de la época no es comparable al terrorismo de Estado que el último Perón, la viuda, el tenebroso mucamo y los militares que le sucedieron, practicaron después.

En el flanco político de esta tenebrosa galería nocturna del panorama austral -de la que estos dos personajes mediáticos son conspicuos actores-, intervienen tres corrientes bien definidas. La derecha, con (el alicaído) Macri, De Narváez y Duhalde, mueve sus fichas con cierta audacia. Lo de Posse, más que un histérico globo de ensayo devino una provocación, rechazada por el cuerpo social.
De hecho reforzó en alguna medida al Gobierno, debilitando a Macri y Duhalde. El Jefe de la Ciudad Autónoma reaccionó imitando a sus enemigos. La designación en el cargo educacional del "cheto" plástico Bullrich, suma otro "gorila" desclasado a la partida en la persona de Raúl Castells, su virtual "mano izquierda".

Viene a representar lo que Moyano y D´Elía pintan a grueso trazo en el tinglado "social" de la Presidenta y su libretista/socio/consorte, etc.
El concepto que tienen los contemporáneos rivales políticos, de las clases bajas, es éste.

El tercer sector, fragmentado entre peronistas de centro y de izquierda u opositores adscritos a la Carrió, el socialismo, Cleto y los radicales o la izquierda más radical (reforzada por la emergencia fabril), no acierta a constituirse alternativa política y social desde ningún sector o frente electoral.

Nadie tiene claro qué ocurrirá cuando finalice Cristina Fernández su mandato, aunque sea prácticamente inevitable en los meses venideros el mayor ocaso de los Kirchner y esa forma tan claustrofóbica de gobernar.

Días pasados, la mujer de Néstor criticó la personalización que los medios opositores (y en concreto Héctor Magneto, el "padrino" en el matutino "Clarín") hacen de las críticas a su gestión.

Que se sepa, cualquier Ejecutivo acredita responsables, no marcianos ni algas marinas, aunque algunos tiburones naveguen a sus anchas en esas aguas aprovechando la fractura social para enriquecerse más y más.

Tras años de debacle, la maduración política del país tardará en pegar un salto cualitativo de no mitigarse la miseria y exclusión con energía, restaurando un pacto de convivencia que el crecimiento alarmante de la inseguridad y la delincuencia proyectan de difícil consecución. Morir violentamente en las calles de Buenos Aires es hoy menos frecuente que en México DF o Bogotá, pero mucho más que en cualquier país civilizado.

El programa de acción contundente y cierta armonización social en ese sentido no asoman por ninguna parte. Sí en cambio el rechazo a un pasado ominoso que no puede volver, pese a los esfuerzos manifiestos de Grondona y los tan subrepticios de Verbitsky encarnándolo.

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