UNA DINASTÍA SIN FUTURO

No es poco lo que está en juego llevando a la hija menor del ex monarca al banquillo. El Estado Monárquico no fue votado por nadie.Fue un legado franquista, el más representativo y despótico, aunque no el menor ni el único. Si el clero, los terratenientes y el Ejército insurrecto no hubiesen ganado la Guerra Civil, ejerciendo el General Franco una larga y terrible dictadura, una de las peores de Europa, los corrompidos borbones, desalojados en 1931 no hubiesen vuelto a las andadas.

La llamada Transición, que de Democrática reveló poco más que el subtítulo, nos devolvió esa dinastía infame, con sus tradiciones intactas. Gracias a los medios en poder de la derecha, y la distribución de tareas entre el PSOE y el PP, tras el turbulento prólogo de UCD, se envolvió a la Casa Real de un falso halo democrático, hasta tal punto llegó la estúpida ensoñación burguesa, que ciertos periodistas hablaban del borrachín y jueguero Juan Carlos I, ese crápula sentimental sobreenriquecido por los negocietes espúrios a comisión, con jeques y mafiosos de gala, como un "monarca republicano".

La farsa del 23F, de la que él mismo fue actor en la sombra, le colgó el sambenito de salvador de la joven democracia española, naturalmente desmemoriada y falsa, con votantes aborregados que se dejaban saquear a gusto por los corrompidos políticos que se alternaban en el poder. 

Una vez desembocado el estallido de la crisis económica, este Cuento de Calleja en versión Gore fue mostrando sus peores páginas, mientras los jefes y asociados de los dos grandes partidos y los nacionalistas de provincias saqueaban el erario público a espuertas desde 1980, amparados por la otra estafa de gran magnitud que es esta Unión Europea de inspiración alemana. Mientras, el país quebraba endeudado hasta las cejas, el canijo monarca envejecía aceleradamente. No solo cazando búfalos junto a una amante y comisionista. También favorecía el enriquecimiento de su hija menor y el yerno deportista, otro farsante qué tal, promoviendo sus influyentes robos en áreas prósperas bajo control conservador. Al unísono con la Gürtel, la Púnica, los Eres y otras tramas millonarias de saqueo estallaron para la realeza varios escándalos. El suyo de toda la vida, más este otro, sumándose las mareas, el 15M y el resultado de las elecciones al parlamento europeo, con el ascenso meteórico de opciones inicialmente radicales frente al gobierno servil y criminal del PP. 

Había llegado la hora de cambiar para que todo siguiera igual, y el falso padre coronado, de una democracia que nunca fué, debió abdicar en su hijo, de elevada planta y cerebro módico, matrimoniado con una divorciada figura menor de la tele.La decadencia de la dinastía no paró aquí. El escándalo de la hija menor y el aventajado deportista fórrándose en todos los órdenes a instancias del papá suegro siguió su curso,merced a los esfuerzos de un juez incorruptible, de esos que todavía existen en estos pagos.

Y ahora mismo, sin poder impedir la imagen de Cristina y su envarado chulo sentados en el banquillo, tras resultar despojados previamente de títulos y honores, -aunque ella se salve de la cárcel gracias a los desgraciados de siempre, que siguen mandando mucho en este país empobrecido, intervenido y quebrado-,el cuadro goyesco sin Goya, prefigura, lo que, tarde o temprano sucederá con la dinastía borbónica y su régimen, tan poco Constitucional, aunque los medios oficiosos y serviles de la derecha se empeñen en sostener, a pie juntillas, que este pandemonio territorial, moral y político, es una democracia.