El concepto de "libertad a todas las voces políticas y sociales en España" es una farsa de antigua data. Varios miembros activos del PP tienen su silla en "Al Rojo Vivo" y "Las mañanas de la Cuatro" ocupando espacio sonoro y gestual. Menciono a las dos opciones de sintonización menos reaccionarias. Lo que ambas ocultan por igual, es que esa gentuza, de presencias regulares e inamovibles, detente el poder a través del gobierno y la mayoría de los medios.Las voces serias o rebeldes en los mismos son minoritarias y usadas como tapadera, intentando justificar el quimérico ejercicio de la libertad en tales espacios. Esa es la estafa más grave, por lo que acredita como atentado a la libertad verdadera.
Más avanzado en el testimonio, el espacio de La Cuatro deja muy atrás el vetusto formato de La Sexta (responsable también de la repugnante "La Sexta Noche", de los sábados):aunque no demasiado, a tenor del tiempo que secuestran al debate de aquello que realmente importa. Por contra, los representantes de la extrema derecha, desgranando argumentos canallas rapiña constantes espacios de intervención. La tendencia mediática es clara. El propósito, consiste en limitar las expresiones rebeldes frente al presente estado de cosas, brindando al público que sintoniza estas tertulias, la sensación de que la rebeldía no existe en España, eliminando de paso, aquellas voces reflexivas y lúcidas, entre ellas la mía. La influencia mediática forma opinión pública. Aquí, en vez de edificar espacios de reflexión que estimulen al deber moral de pensar, se promueven el conformismo y la pereza intelectual, reforzando la tendencia natural a obedecer, de añeja tradición patria, fruto de una sociedad civil inconsciente de sus derechos y deberes, tutelada por su condigna y corrompida sociedad política. En la presente decadencia europea son varios los actores del extrarradio que padecen estas flagrantes limitaciones. Pero es en este castigado territorio nuestro, donde en tan poco tiempo se ha observado la mayor destrucción social. En parte, gracias a los medios, sobre todo en papel y pantalla, desde en poder de la extrema derecha, política y social.
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