A los niños de la posguerra se nos destinaban cuentos infantiles sobre el bien y el mal. Según las fábulas aquellas, se podían escoger patrones de conducta, de acuerdo a las variables.
Pero ser bueno o malo acreditaba matices que requirieron nuevos aprendizajes para entender la realidad. Pues a menudo, siendo la maldad factor inamovible, la bondad no siempre es como la pintan. Poniendo el foco en cualquier conflicto de voluntades, si el mal vence al bien, es gracias a la debilidad del último. La presente derrota de las conquistas sociales en el mundo, y sobre todo en Europa, es el ejemplo más contundente. Comporta el fruto agusanado de una siembra envenenada tras la derrota del Fascismo, exhibiendo mensajes democráticos y sufragistas, opuestos al ex socio estalinista, sin acreditar otra virtud que la ley del mercado.
El turbio pasado político y social de la zona sur devino factor crucial en el experimento seudo democratizador. Los vencedores regalaron a Italia la mafia norteramericana, asociada a la democracia cristiana y el PC del asesino Palmiro Togliatti, congelando además, cualquier acción destinada a quebrar el franquismo y la dictadura de Salazar, a la vez que destruían el ejército revolucionario del general Markos en Grecia, mientras restauraban a la corrupta monarquía y los interereses oligárquicos, de un país previamente descuartizado por la invasión nazi, junto a dinastías políticas emergentes como la de los Papandreu y otras.
De la mal llamada Transición española y los románticos claveles plantados en la boca de los fusiles como engañoso señuelo, los portugueses obtuvieron algunas migajas en materia de derechos. Pero las necesidades del capital , ya sin el complemento territorial estalinista y sus incordios sindicales, revelaron el apetito feroz de acumular méritos no productivos y pura especulación.Y así nace este experimento de fusión entre los métodos políticos y sociales estalinianos y el capital financiero. No es casual que Angela Merkel, nacida en la RDA de la Stasi , de padre luterano, encarne la herencia hegemónica del nazismo en el siglo XXI. Desde ese nuevo imperio o IV Reich del Bundesbank, y su politburó de Bruselas, se han ensayado con éxito ataques sostenidos contra derechos sociales y laborales, luego trasladados a otros territorios deudores de países atrasados, y sujetos a la dictadura fiscal del Euro. En este actual campo de concentración peneuropeo, edificado desde el tejado de una Unión de intereses imposible por su asimetría,Grecia es el eslabón más débil de esta red, no solo por su rezago y endeudamiento, Al mismo se agrega la cobardía y final sumisión a esta nueva dictadura imperialista, por parte de un frente político reformista. Otra estafa, al carecer de la base material que la torne creíble los paños calientes. Las reformas del primer Perón, Chavez o Lula pudieron cristalizar temporalmente por esa razón, las materias primas en alza y su viento a favor, hoy ausente.
Ceder ante Bruselas y Berlín para luego convocar el referéndum, significa perderlo. Es como decir, "seguimos siendo buenos dentro de lo educadamente posible".
Aquí vuelve a operar la vieja fábula infantil de malos y buenos, sin aclarar que, demasiado a menudo, los buenos, en política y la vida social, son agentes encubiertos de los otros. Quedando atrapados entre la cobardía y su falta de audacia, compañera de todas las horas en el viaje reformista de los mercachifles.
El único provenir de Grecia reside en abandonar la Eurozona en procura de nuevos horizontes, sin el fardo del Euro a cuestas.Lo dicen Krugman y Stiglitz, intentado salvar un sistema que se cae a pedazos sin morir aún, dibujando una tortuosa y larga agonía, que se llevará por delante a millones de víctimas inocentes.
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