Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

domingo, 17 de enero de 2010

ÉTICA, PARENTELA Y AFRENTAS.













Los Kirchner en la ejecución de la partitura de poder, por Gomila. Verbitsky, por sí mismo. La jueza Sarmiento, estratégicamente expuesta en la tapa de Página 12. Y por último el martillo judicial, aplicable en símbolo a una condenatoria maniobra, digna del mastín de los Bakersville.
"He sido peronista desde los trece años. Periodista desde los 18. He dejado de ser peronista en 1973 y dejado de ser montonero en 1977. Sigo siendo periodista".
La vibrante declaración es de 1992. Y Horacio Verbitsky sigue siendo el mismo; aunque es necesario descorrer el velo de su síntesis final. Y el ejemplar de "Página 12" el día de la fecha pone en duda la verdadera naturaleza de su vocación
El periodismo del que habla es decididamente afrentoso en los titulares de su más reciente vertido:
Tras "La familia judicial tiene prontuario" (supuesto absurdo pues la judicatura carece de parientes), implosiona el bofetón en letra destacada:
"El mago de la picana"
No es que deba absolverse a ningún represor civil o militar de los "años de plomo". Si el coronel retirado (e imputado por la fiscalía) Luís Alberto Sarmiento fuera presunto responsable de torturar y asesinar prisioneros de las guerrillas, debe pagar por ello. Pero vincular la intención de su hija amparando a Redrado (la jueza María José Sarmiento), a un antecedente represor por vía parental, no siendo de recibo resulta canallesco y gangsteril.
Verbitsky la muestra resabiada ante "un gobierno que impulsó el enjuiciamiento de aquellos crímenes". La defensa que el periodista de marras hace de sus amigos lo señala, admitiendo Néstor Kirchner que la jueza "demuestra la independencia que hoy goza el Poder Judicial en la Argentina".
Mal que pese a los señores Kircher, así es.
Si en todos los casos tuviéramos en cuenta la influencia familiar como motor de las reacciones humanas, habríamos de contrastar la honradísima y social trayectoria de Don Bernardo Verbitsky, padre del dicente, con este retoño, cercano ya a los 68 pirulines aunque tan "periodista" como en las 18 primaveras, según pretende, asimilando la profesión al sacerdocio.
Entre el excelente autor y periodista y su vástago, media la distancia que separa la Tierra y la Luna. La cuestión radica en la ética. Bernardo era un comunista convencido. Horacio un oportunista resabiado y tormentoso. El resabio contumaz justifica el apodo de "El perro", nom de guerre de tan acusado doble vínculo como su destinatario. Alude a la conocida vocación de mastín y los malos humores que agitan su vida.
No está claro lo que pintaba el supuesto peronismo integrando los staffs de "Primera Plana" y "Confirmado" o su fraterna amistad con el Comodoro Güiraldes, suerte de padre adoptivo a tales efectos. Tampoco la adscripción a un grupo terrorista (los "Montoneros") de ideología imprecisa, navegando entre Perón y la rebeldía juvenil "Evitista". Firmenich y la plana mayor de la banda eran tan oportunistas como él, alcanzando gracias a su obsesión por escudriñar vidas ajenas el rango de Jefe Operativo.
Lo peor del oportunismo letal fueron los tantos jóvenes que murieron creyéndoles honestos y patriotas.
Doy un paso atrás en la olvidada jefatura de Verbitsky para destacar su impunidad, y la afición expresa de enlodar al enemigo conspirando contra su vida y hacienda. Hace dos años, cenando con un periodista de investigación en la Recoleta hablábamos de Rodolfo Walsh, Miguel Bonasso y Verbitsky. Yo comenté:
"Walsh fue asesinado a mansalva, Bonasso se salvó raspando y desde sus libros posteriores no mostró arrepentimiento alguno. El más listo ha sido Verbitsky; aplaudido en foros internacionales y virtual patrón de un diario, mientras una parte importante del país vive entre harapos y ruinas, o con pagas misérrimas".
No voy a discutir la contribución de este señor a la democracia enfrentando a Carlos Menem. Sí en cambio esta alianza con Néstor Kirchner, posterior a una previa ausencia autocrítica digna de su soberbia.
Integra el cuadro de la vieja soberbia montonera que tan bien describió el fallecido Pablo Giussani, y que conservan intacta pese a los años sus "socialdemócratas" de hoy.
¿Qué mimbres le unen al maquinador ventrílocuo de su socia -la que insulta al funcionario rebelde y la jueza interviniente en su despido-, quien perora de conspiraciones y ataca los medios opositores amparada en su condición de mujer, con el señor Verbitsky?
Un doble vínculo de intereses y carácter. Néstor Kirchner es maquinador, prepotente y rencoroso. Un virtual tirano que la joven democracia austral, débil aún en nutrientes, tolera ante la dramática ausencia de cohesión ciudadana en este país fracturado en dos, o en tres segmentos sociales y sin una elite consolidada que enfrente la corrupción, ni la creciente miseria popular; verdadera usina de desesperados y delincuentes.
La instantánea que "Página 12" colgó de la jueza (reproducida en este artículo) es la peor que de ella se pueda obtener.
Verbitsky sugiere que, además de retrógrada, la señora Sarmiento es estúpida. Una foto mala la tiene cualquiera, pero si un tipo de su calaña anda cerca y te odia, la destacará en portada y sobre el prontuario que luego deslice con torticera intención.
En ningún instante (al menos por ahora) pondrá en ridículo "el periodista" a los benefactores de sus retorcidas urdiembres. Sobrando paño para cortar la tela, prefiere vestirles de gala. Desde siempre le encanta maquinar asesorando a los poderosos. Primero fue el sector Azul del Ejército, luego Firmenich y probablemente Güiraldes. Pasado el amargo trago del Proceso, ni Alfonsín ni Menem le precisaban. Para esos menesteres se bastaban solos o tenían tropa propia.
Más precario en su habilidad política, Kirchner recurre a él.
Un seguro servidor desde los 18 años, y los últimos 50, para quién se tercie, otorgándole eso sí, rango, fortuna y hasta algún foro internacional.
A propósito de la penosa deposición Verbitskeana, ¿habrá visionado este señor "La caja de música"? De ser así se identificó de cajón con el padre de la abogada en el filme de Costa Gavras; un croata nazi. La incalificable ofensa a la jueza Sarmiento es un búmerang que en el viaje de retorno le da de lleno.


2 comentarios:

Dante Bertini dijo...

hace 16 años que no viajo a Argentina. Todo esto me cae algo lejos, distanciado. Dos amigos de allí me han dicho estos días, por teléfono, que los K, no siendo buenos, eran lo mejor posible. Que no había alternativas.

El dibujo es excelente.
La foto espléndida. La jueza, al rebanarse la nariz, ¿no habrá perdido olfato?

joan benavent dijo...

Ex profeso he publicado las dos apostillas de este señor. Los comentarios huelgan. La intención es evidente; rebajar la discusión a narices aregladas o sobrepeso. Ésta es la profundidsad de ciertos intelectos. Gentes insatisfechas con sus prestaciones vitales, empeñada en negar la verdadera dimensión de la crítica.
He borrado a este cabellero de mi blog y de mi trato. Por suerte breve.
Es para tener en cuenta...