Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

domingo, 1 de noviembre de 2009

LA ARGENTINA DE HOY Y EL ESPÍRITU DE LA CARIDAD.




La dirigente barrial jujeña Milagro Sala visita la Casa Rosada, siendo recibida a los besos y caricias por el jefe kirchnerista del bloque de diputados. En el ángulo superior derecho, la imagen triunfalista de Cristina Fernández, su patrocinadora oficial, con quien luego departió.

Jefa del Movimiento Túpac Amaru, la colla Milagro es una conquista reciente del sentido de la caridad que presiden los esfuerzos sociales de los Kirchner.

El radical Gerardo Morales no ha hesitado en denunciar los 10 millones de pesos que regentea la reciente huésped presidencial.

Me lo creo. En la mala imitación de otro matrimonio que dominó la Historia Argentina algunos años, el más reciente apunta a desprender míseras gabelas a las clases bajas, a cambio de votos y alguna agitación si conviene.

El piquetero D´Elia y la matrona fascista Hebe de Bonafini son otras cabezas regadas con agua bendita y generosas partidas presupuestarias desde la Casa Rosada. Maradona al frente de la Selección Nacional ensayando ese lenguaje tabernario que caracteriza al sector, es su versión deportiva.

La visión que el matrimonio y sus asociados acreditan de los carenciados, es esa. Lumpen tras lumpen, encolumnan lo más atrasado y cerril de la sociedad, privilegiando a sus pequeños caudillos. Gente arribista y mafiosa como ellos, sin el don especial de hacer una fortuna grande gobernando una provincia o el país mediando la circunstancia histórica.

No me olvido por cierto del potentado "camionero" Hugo Moyano, al frente de una CGT favorecida para el diálogo y los buenos números.

De las movilizaciones populares que precedieron el nuevo interregno peronista tras el derrumbre de De la Rua y su desastroso gobierno, los señores Kirchner aprendieron a coptar tropa adicta sin necesidad de financiar "manzaneras", al modo anticuado de los Duhalde.

El discurso setentista de la JP y sectores de la izquierda catequizando villeros, rinde en el presente sus frutos, corregido, y muy adaptado al populismo oficial, de tipo light.

También, reitero, supieron capitalizar la experiencia de Evita y su Fundación con los "grasitas". La diferencia es que ahora no hay Fundación centralizada ni sindicatos poderosos. Por lo tanto los que descienden históricamente de aquellos "grasitas" de antaño, permanecen fragmentados y sometidos al peor de los destinos; aunque el INDEC diga lo contrario.

Viene a ser la de hoy una experiencia de manipulación"sui generis", pues de hecho los tocados por la fortuna de servir al poder en nombre de la nueva "justicia social" son pequeñas tribus mafiosas, que juntan gente cuando Néstor, Cristina o Alicia la precisan.

A ellos, tan flexibles tolerando pequeños despelotes, las movilizaciones no les asustan en tanto y cuánto sean amistosas, o enfrenten a sus rivales. Otra cosa son las de Kraft Foods y aledaños amagando una nueva emergencia social independiente del poder. Ahí es donde la Presidenta, feminista, jacobina y cholula, se declara partidaria del orden y la libre circulación.

Tras cartón, aparecen Milagro Sala, su pasado de humillaciones rancias, y las goteras de agua y barro que llueven en la tapera. Sería conmovedor si no mediaran los oficios presidenciales.

Esta audacia y desenfado en la selección de cuadros lumpenizados no es moco de pavo. Ha roto marcas en lo referente a tradición y administración clientelar; gracias, claro, a la desvertebración social y la miseria creciente de muchos argentinos.

Ahora, tal como denuncia el radical Morales, el oficialismo en nueva pirueta circense, resta dinero a los jubilados del ANSES para volcarlo a un plan que garantiza 180 pesos mensuales para las familias más pobres.
Ebria de felicidad, Hebe proclama a los cuatro vientos "lo importante que son 180 "mangos" para los que no tienen nada"; no lo dirá por ella, a cargo de su "Universidad", un flamante "Audi", y hasta chofer.

Hace dos años y medio -lapso que distancia mi última visita a Buenos Aires- esos billetes servían de poco; aunque sería mucho en comparación a lo que hoy se puede adquirir, si uno va por carnes, legumbres, leche y frutas pateándose cualquier ciudad o pueblo del territorio nacional.

A Milagro le importa poco lo que, fuera de ella y sus collas, otros puedan o no comprar. De igual tenor son los afanes de cortesanos como D´Elía, Moyano, Pérsico (el fantasmón millonario de la Agrupación Evita, con hijo marihuanero agregado) y hasta Maradona, interesado en que los que le criticaron o critican le hagan todos a una el solo de clarinete.

La legendaria "Fundación" de Evita no suprimió la miseria, tan solo palió algunas de sus peores lacras. Pero al lado de lo que esta gente promueve, comportó casi una revolución.

Entre una y otra caridad me quedo con ninguna. Otra cosa es estructurar un buen sistema de asistencia social que garantice salud, educación y trabajo para todos. Pero estos gobernantes y muchos de sus rivales de hoy no están por la labor. Los mueven la codicia y la sed de poder personal. Su versión de la democracia es la mera capacidad de manipular a los pobres en beneficio propio.

En esta perspectiva el espíritu de la caridad es el timo de la estampita o la tradicional venta del buzón. Ni más ni menos que la versión remozada del menemismo y su frase más célebre, debidamente subtitulada en voz bajísima por "El turco" al pie de cierta redada policial en una Villa Miseria.

"Pobres habrá siempre (pero éstos votan así que hay que aprovecharlos)"



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