Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

sábado, 7 de noviembre de 2009

EMERGENCIA SOCIAL O PATOTERISMO SINDICAL AL SERVICIO DEL PODER EN ARGENTINA: LAS DOS PUNTAS DEL CAMINO.



Arriba, la patota de Moyano en plena deflagración manifestante. Abajo, los trabajadores del Metro capitalino bloqueando las vías de la estación "Primera Junta" horas atrás.

El alerón sindical del kircherismo -léase los mafiosos Moyano & asociados- volvieron la noche pasada a bloquear la distribución de "La Nación" y "Clarín". El argumento formal sostiene la premura de incorporar a su "sindicato" de transportes, a los chóferes de las cooperativas que distribuyen periódicos. La otra razón o conexión con la necesidad de sumar huestes -les guste o no a las huestes-, radica en el reforzamiento de los Kirchner ante la que se les viene encima.

Los frentes que amenazan el bloque de poder de esta fracción peronista son dos: el más publicitado, la fusión de intereses políticos entre los grandes productores rurales, el peronismo duhaldista, De Narváez, Reutemann, Macri & adláteres, codo a codo con"Clarín " y el diario "La Nación", ambos medios especialmente interesados en promover a Cleto Cobos y "El cabezón" (Duhalde) como próxima alternativa de poder en las generales del 2011.

El frente menos publicitado es la emergencia obrera, presente en "Kraft- Foods " y otras huelgas, destacando especialmente la del Metro, a tenor de la cual, patoteros de Moyano y agentes de la Policía Federal aporrearon en su domicilio a la familia de uno de los puntales de la huelga, Néstor Segovia, enfrentado al sindicato oficialista del Transporte.

El que a los señores Kirchner no les baste la expresa colaboración del ministro de Trabajo, señor Tomada, siempre activo erosionando huelgas "salvajes" desde su cartera mientras niega personería gremial a nuevas organizaciones de izquierda "en nombre de la unidad del movimiento obrero"(sic), no sorprende a nadie. Sin embargo, estas manifestaciones violentas de los mastines del poder en el curso de pocas horas, refleja creciente aislamiento y brusca desesperación por parte de la mafia que hoy rige los destinos de la Nación.

En mi opinión, es la debilidad y no el poderío, el factor que desata esta feroz ofensiva contra las cabezas del enemigo.

Tras ella, anida el pavor. La Presidenta y su consorte temen que el resto de poder que les queda se vaya por el desagüe, arrastrándoles.

No sólo temen perder poder, por el poder en sí. Temen lo que ese poder y forma de gobernar en provecho propio, en alegre desmedro de quienes rebasan el área de su camarilla (o sea, muchos millones de ciudadanos), les pasen factura una vez perdido el estado de gracia. Para gente como ellos, sinónimo de desgracia absoluta.

Estas claras formas de desesperación recuerdan las de Juan Perón, perdiendo los papeles durante su conflicto con la Iglesia Católica, y la actitud adoptada tras los bombardeos del 16 de junio del ´55; antesala de su cese compulsivo.

Aventado hoy el peligro de una lucha fratricida y la compulsión del cese a menos que se produzca un Juicio Político negativo en las Cámaras-, quedan estas manifestaciones brutales de poder, ya ensayadas durante el escrache de "Clarín"; y luego reiteradas por Moyano y otros esbirros.

En el caso de la emergencia social -ya lo he dicho-, intentan contrarrestarla con actores dóciles y arribistas. Cada líder de esta gavilla oportunista y logrera, cuenta con una "patota" a su servicio; sean los Moyano, D´Elía, Pérsico o la jujeña Milagro Sala; encargada junto a los últimos, de enfrentar con violencia a los piqueteros no kirchneristas.

Vienen a constituír la versión criolla de los "pasdaran iranios", o los mamporreros "bolivarianos" de gente como Hugo Chávez; aunque en versión modestísima dadas las circunstancias.

En el área internacional el descrédito de la Casa Rosada se acentúa a raíz de estos atentados a la libertad de prensa y asociación. Si bien la señora Fernández fue votada en las generales según el fair play democrático, la acelerada deriva actual, acentuada por el resultado de la última compulsa electoral renovando cámaras y la numantina resistencia en tirar la toalla, no presagia días pacíficos ni franco diálogo entre políticos, y mucho menos entre sindicalistas rivales.

La emergencia social es lo que más atemoriza al establishment y la débil élite dirigente u opositora, junto a los medios que los respaldan. El espeso silencio de "Página 12"- vehículo de los Kirchner- ante los desmanes de los camioneros oficialistas comporta una de las caras de la moneda. La otra, glosada por escribas opositores, es observable desde las cubiertas y artículos de "Clarín" o "La Nación".

La tan temida emergencia social -encabezada por una nueva generación de activistas obreros- es la que conduce a un salto cualitativo en la calidad democrática, llevando a un primer plano las necesidad de corregir en lo inmediato la pobreza y carencias de todo orden que hoy agobian y tiranizan al 40% de los argentinos.

Nada es más importante que defenderla y respaldarla.

No hay comentarios: