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miércoles, 23 de septiembre de 2009

ZELAYA: UN NUEVO "OPERATIVO RETORNO" EN OTRAS CIRCUNSTANCIAS

El Presidente constitucional de Honduras echando una sistecita en la Embajada brasileña, en Tegucigalpa, rodeado de los tanques y armamento pesado de un Ejército gorila; guardia pretoriana del usurpador y asesino Micheletti.


Las circunstancias políticas han cambiado en América Latina. A raíz de este retorno de Zelaya a territorio hondureño y aunque sea desde la extraterritorialidad que garantiza una embajada, viene a mi memoria el frustrado desembarco de Juan Perón en Argentina el 2 de diciembre de 1964, operado por oficio de los militares que entonces gobernaban Brasil.

Ellos, en combinación con sus pares de Buenos Aires y el gobierno "democrático" del radical Arturo Humberto Illia -elegido Presidente por muy pocos votos gracias a la proscripción del peronismo-, retuvieron a Perón en el aeropuerto del Galeao junto a su pequeña comitiva de seis miembros, integrada por cinco hombres y una mujer.

Luego, el ex Presidente, que entonces contaba 71 años, fue devuelto a Madrid, de dónde había fugado subrepticiamente en el maletero de un automóvil hasta el embarcadero de "Iberia".

Hoy es el Brasil democrático del ex sindicalista Lula Da Silva quien patrocina el retorno de Zelaya a Honduras, cobijándole en su legación,mientras exige con firmeza en el Consejo de seguridad de las Naciones Unidas su inmediata reposición en la presidencia.

La circunstancia no cambió empero, respecto de las fuerzas gorilas que reprimen a sangre y fuego las manifestaciones populares en Tegucigalpa, ni en lo que cuenta el respaldo -esta vez emboscado- del Pentágono, el CIA y la derecha (republicana y demócrata) de los EEUU.

Las relaciones comerciales de Honduras con los "hermanitos del norte" se cifra entre el 70 y 80 % del comercio exterior y las importaciones. Zelaya había virado hacia Venezuela ante la negativa de George Bush de otorgar nuevos préstamos al pequeño país.

La actitud de Barack Obama e Hillary Clinton condenando el golpe y llamando a la conciliación entre las partes no fue más allá de la finta.
En los EEUU, emporio mundial de la libre empresa, los moradores de la Casa Blanca no pueden enfrentar los pilares económicos y sociales que dinamizan el sistema (hasta los extremos que conocemos y padecemos). Si las dificultades a la hora de implementar una sanidad universal son tan grandes, qué no será enfrentar a los "amigos" feroces del patio trasero. Esos "hijos de puta" que Franklin Delano Roosevelt, el Obama blanco de los años ´30, reclamaba "nuestros".

En cambio, la actitud del modesto gobierno argentino fue concluyente ante el gobierno de este otro "hijo de puta". Y así lo demostró el viaje en primera fila de Cristina Fernández a Centroamérica, criticable por otras razones, no por ésa.

Con todo, hoy sirve para que la política exterior de la Casa Rosada hacia Micheletti haya contado en el ánimo de Lula, resolviendo acoger al Presidente Constitucional de Honduras contra viento y marea. Sin su firme intervención la movida de ficha no hubiera existido.

Llama la atención que en estos momentos el señor Joaquín Morales Solá, desde "La Nación" sostenga en farragoso bando que "La argentina quedó fuera de la agenda del mundo", aludiendo especialmente a las relaciones con España (y sus voraces monopolios).

Habla del suyo y los suyos (incluyo en el sector a la derecha peronista), que en nada se parece al nuestro. El suave Morales Solá -de prosa meliflua, extravagante y retorcida- conecta sin duda con el tan recalcitrante mundo de Micheletti, quién, dueño al parecer de alguna misteriosa bola de cristal, sostiene que Zelaya "puede quedarse años, si lo desea, en la embajada".

Cree que tiene años por delante, cuando en adelante le irán "pour derriére".

Con la mayoría de las naciones civilizadas en contra (menos Israel, sólo civilizada para algunas cosas) y América Latina repudiándole (excepción hecha del siniestro Álvaro Uribe Vélez, peón de Washington) poco le queda de usurpación, se reponga o no a Zelaya en el poder. La espuria maniobra electoral que prepara este malvado oligarca, que sobre las espaldas carga ya varios muertos desde el cuartelazo, de poco ha de servirle a los amigos y socios de siempre.

Los tiempos han cambiado; aunque el gorilaje sea el mismo y sus matarifes tan iguales a los que derrocaron a Pérón en 1955, vedándole el retorno a su Patria nueve años después merced al auxilio del General y dictador Humberto Castello Branco y el otro Humberto (también democrático, aunque en ocasiones, pese a lo que hoy se diga de él).




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