Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

sábado, 26 de septiembre de 2009

EL AYER Y EL ANTEAYER DE UNA OBRA.

La Corrientes del centro con el Obelisco al fondo, en panorámica de la revista "Life" lindante con Paseo Colón, durante los años ´40.
Biografiar a Perón significó para mí volver al ayer y el anteayer.
En uno había crecido y madurado desde finales del ´48 hasta el ´82. El otro debí imaginarlo entreverando recuerdos y relatos. Viendo una y otra vez las películas argentinas que desfilaron ante mi mirada infantil en los ya olvidados "Días de Damas", dónde las viejas cintas eran materia obligada, o repasando ejemplares de antiguas revistas, libros y periódicos que fui acopiando desde mis breves viajes a Buenos Aires y Quilmes, entre 1999 y el 2006.
Redactar "Perón. Luz y Sombras" fue una tarea apasionante, y significó a la vez un tour de force imaginativo, fundido a la documentación y grados de obsesión excluyentes.
El Tomo 1 resultó el más complejo pues, al arrancar con una muerte yendo al nacimiento para encarrilar la acción posterior, la situó en 1893, fecha del natalicio de Juan Perón. Combinar su infancia, juventud y la carrera militar con los avatares de su familia, los del país y el mundo comportó otro desafío. Yo, de carreras militares sabía poco. Sin embargo de lecturas mucho, desde los cinco años, de manera que investigué a fondo manuales castrenses, repasando especialmente los atenientes a Ejércitos suramericanos y las peculiaridades del criollo.
La cantidad de personajes secundarios que al comienzo desplazaban de la escena al primer actor amenazaban con dispersar su biografía, procediendo entonces a combinar los elementos de forma tal que, esa suerte de ópera caligráfica ensamblara la vida de un hombre con la marcha de su entorno geográfico y las influencias del extrarradio, poderosas tras la Primera Guerra Mundial y sus secuelas.
Los capítulos de "Interiores" resultaron en la emergencia una suerte de síntesis compiladora de anhelos, fervores, dudas, miedos y pesadillas que cuajaban con el proceder objetivo de algunos secundarios, y el de Perón mismo. Detrás contaba la selección de hechos y anécdotas que podía considerar claves en la vida del primer actor.
Hice uso de la psicología para interpretar comportamientos, fobias, manías, temores, y hasta el coraje o su ausencia. Sin embargo, no considero mis biografías una suerte de catálogo freudiano (aunque de hecho lo sea). Mandan la violencia de la Historia y sus circunstancias. Ellas operan sobre la condición humana y sus valores, sean buenos, regulares o francamente malos, partiendo de una base.
De mis estudios y ensayos brotaron diez veces más páginas que las finales. En el sueño -y a diferencia de lo que declara un miserable que intentó alzarse con mi labor- no me "visitó" Perón. Sí en cambio los renglones que me autorizaba una virtual duermevela. Soñaba con frases, diálogos y situaciones nuevas, corrigiendo algunas ya escritas.
De repente, a cualquier hora de la noche descorría las sábanas y tecleaba el ordenador en el episodio correspondiente para no olvidarme de nada.
Fue así durante algo más de un año, en el que un crédito bancario reemplazó la beca que precisaba y, sabía nadie me iba a dar (aunque me la brindasen formalmente).
Antes dije que este tomo inicial fue un esfuerzo imaginativo, pues finaliza en 1946, exactamente el 4 de junio, fecha en la que Juan Perón, ya General y Presidente electo por el voto popular, jura la Ley Fundamental en el Congreso nacional.
Nacido el 28 de abril dos años antes y en Catalunya, aún faltaban más de cuatro primaveras para que llegásemos a Buenos Aires con mamá y mi hermana, para reunirnos con mi padre, ya con trabajo asegurado.
De manera que, la atmósfera "tan verídica" que dicen he conseguido retratando aquellos años y los anteriores, es puro esfuerzo escénico orquestado por la pasión y mis hábitos porteños. A mi personaje, patagónico de origen en su infancia, le ocurrió otro tanto en Buenos aires.
Desde entonces, me atrapó para siempre la voluntad de narrar aconteceres, siempre y cuando me atrapen sus consecuencias dramáticas y, dentro de ellas, por encima de todas las cosas, el latir humano.
En el debut dramático de Eva Duarte, republicado hace unas horas en el post previo, puse mi corazón. También en la humilde infancia de Perón, y en algún que otro actor de mi ópera. Acompañándoles no podían faltar los proletarios ni su antítesis, los burgueses y oligarcas, o los variopintos jefes del Ejército.
El dolor y la muerte asoman de tanto en tanto en el relato. Estoy familiarizado con ambos por varias razones. Pero también despuntan en mis páginas sentimientos justicieros llenos de nobleza, e ideales que en ocasiones frustran tragedias inherentes a la condición humana y la insensata ambición de poder. A menudo, la historia de las naciones escenifica batallas constantes desarrolladas en su interior. Y Argentina, como tantos países de América Latina, fue pródiga en enfrentamientos y acontecimientos extraordinarios.
En la España próspera de los años ´90, distante del franquismo y la inmigración a un continente empobrecido, nadie quiso publicarme el primer tomo, por lo que decidí otorgarme otra beca, seguida de otras dos para el segundo volumen.
La venta de ambos saldaron mi inversión material, no la del tiempo empleado en escribirlos. A ése no hay fortuna que lo pague ni placer que lo mengüe. Por desgracia los libreros argentinos no prestaron mayor atención a los ejemplares que les llevé en los tres últimas visitas a Buenos Aires. Otros avatares previos a la publicación de la obra ya los he detallado en este espacio.
Ni quienes intentaron robarme, y los que ningunearon el valor de esta labor o fingen no darse por enterados, consiguieron doblegarme. Mi pasión por contar lo que debo ha crecido, contrariamente a lo que procuraron los ladrones y mercaderes de tres al cuarto.
La publicación de varios capítulos del primer tomo en el blog obedece al deseo de que vosotros, lectores de varios países cada vez más asiduos, me conozcáis, conociendo de paso la Historia Argentina y su político más importante del siglo XX.
Es mi pasión por el país de un joven Continente que me adoptó 33 largos años, y que jamás abandoné, pese a la aparente distancia de tierra y océano que nos separa, la que ha resuelto que algunos fragmentos de mi corazón, hechos renglones, lleguen hasta dónde ordenen sus latidos y el interés de mis visitantes ...
Buenas Noches desde el Mediterráneo.

2 comentarios:

Alberto Nadra dijo...

Joan, bello e ilustrativo relato de "tu" Perón, que ya es el de unos cuantos. Digno de tu trayectoria el compromiso....

Un abrazo, y gracias

Anónimo dijo...

Estimado Joan

Lo molesto para preguntarle: es posible conseguir su libro en Buenos Aires?

En caso negativo en Barcelona?.Ahi tengo una sobrina se lo podria pedir.
Mi esposa no me permite usar la tarjeta por internet.
Gracias.
Ramon Cassino
parcass@fibertel.com.ar