Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

domingo, 13 de septiembre de 2015

"NEGAO", EL SEDUCTOR BARRIAL

Os contaré una pequeña historia que no se asemeja a la del pitbull "Spirit", pero tuvo en vilo a una barriada carioca. El protagonista es "Negao"(negro) y junto con otro, menos carismático, de nombre "Beethoven", recorren las calles empedradas del barrio. Sus ojos reflejan el cielo, y sus andares imprimen carácter a nuestras calles. La gente, que respeta bastante a los animales en Brasil, conoce a ambos y adora al seductor "Negao". También las cachorras hembra. Hubo un tiempo en que él y nosotros nos prodigábamos cariño, con el permiso de "Nora" (una de sus enamoradas, sin derecho a roce) y la participación entrañable de María Aparecida. Todo acabó cuando le compramos un collar e intenté colocárselo. Creímos que iba aceptar compartir nuestras vidas. Desde aquel instante, cesaron por su banda las caricias y empezó a esquivarme.

Prefería la libertad de vagar por un amplio perímetro de calles solo, o en compañía de su amigo, bastante más conservador, y acepté su decisión. Es preciso aclarar que ambos canes, mestizos, de bello porte y pelaje brillante, tienen un peculiar dueño, de esos que no les atiende mucho aunque les procure albergue, agua y comida. Súbitamente, el primero de mayo desapareció.Tiempo atrás pensé que un día moriría en la calle, como tantos canes solitarios. Luego, el presagio semejaba cierto para su desgracia y nuestra pena, al considerar que en sus vagabundeos había sido víctima de un atropello rodante, pero lo cierto es que nosotros y el vecindario, navegando en un espeso mar de conjeturas, lo creíamos perdido para siempre. Intentando evitarle la desgracia de morir joven le habíamos ofrecido un hogar en vano. Pudo más el instinto de vagar, que el miedo a morir.
El pobre y modesto Beethoven, a quien la personalidad del extraviado otorgaba ánimos y seguridad, vivió unas semanas de honda depresión y falta de apetito, cuando en las noches y según su costumbre, la respuesta a sus aullidos de llamado respondió el silencio nocturno, apenas quebrado por el tránsito de vehículos y gentes volviendo a casa.
Días atrás, paseando a Nora lo descubrí vivo, y coleando parsimonioso para mi sorpresa. Al comienzo la semejanza de ambos (que no son hermanos), me remitió a Beethoven. Pero era el mismísimo "Negao", no su fantasma. Un almacenero amigo de los dos canes contó que lo habían esterilizado, y que a su vuelta deambulaba menos, ya sin el collar con el que asomó el hocico. Por alguna razón que era de esperar, se zafó de sus seducidos protectores. Le trataron bien, según parece, pero sin el libre albedrío del que tanto disfrutaba, y por la que nos dio el esquinazo a todos. 
Lo primero que hizo al verme el muy canalla, fue hociquear a "Nora". Me sabía peligroso, por mi amor hacia perros y gatos del barrio. Los amo y me aman. Pero la pasión por la libertad de tránsito puede en él más que todo. Ella, nosotros y muchos vecinos más, lo seguimos amando, pese a su enorme independencia de ánimo y criterio Creo que, de ser político, nuestro admirado cachorro obtendría hoy más votos que Dilma Rousseff.

Pronto, una foto de estos "parceiros" y otros amigos nuestros. Una gata y tres perros.

No hay comentarios: