SER, NO SER, O TAL VEZ PERECER

De la galera mafiosa del PP siguen brotando corruptos en cascada. La podredumbre es de tal magnitud que, ni Rivera, agasajado por Rajoy en La Moncloa, da rienda suelta a sus ansias de colaboración con sus parientes ideológicos. No es imposible que al fin venza esa enraizada tentación, y apoye en Madrid, joya de la corona, a la abominable Cristina Cifuentes y sus trapaceros, aunque deberá meditarlo antes de dar un paso que solo le traerá inmediatas desdichas, arruinando su proyecto de avance sostenido, de aquí a las generales.Quizá sea mejor reforzar a la derecha del PSOE, ansiosa por tocar de nuevo poder territorial. Sería un salvoconducto menos anhelado, aunque plausible mediante una táctica de alianzas más estables que vaya desgastando al aliado temporal, no reanimado aún de su previa debacle. El candidato de Rivera en Madrid opta por esta salida transitoria. El convite monclovita del registrador de propiedades ajenas, salió a atajarla.Sin embargo, no es Rivera quien decidirá con quien comparte sábanas y pestilentes vahos, sino sus pequeños barones. Saben que un paso en falso puede arruinarlo todo. Que se lo pregunten sino a la autoritaria Rosa Díez, y sus infortunados coleguis de UPyD, borrados del mapa en un pispas. Esto de ser de derechas disfrazados de centro y con un líder estrella tiene peligro. No basta perorar todo el rato sobre la corrupción  ajena, atacando el nacionalismo de las autonomías para triunfar en Navidad. Ni siquiera con el respaldo financiero del IBEX 35 y las muchas lecciones neoliberales aprendidas en la FAES. La España actual es un campo minado tras el fracaso del PP, y pisar con el mismo pie del que está en la UVI puede costarte la salud.