HERENCIAS

  Triste Herencia, de Joaquín Sorolla

Guillermo Zapata, de "Ahora Podemos" y concejal de Manuela Carmena en el ayuntamiento madrileño, retratado por un tweet del pasado más o menos reciente, cerró su antigua cuenta y volvió a abrir una nueva, en medio de protestas de diverso origen. Juan Carlos Monedero, el "Doménico Modugno" de Podemos, "Peter Pan" para unos, "verso suelto" de un pseudo poema para otros, ladrón de ideas y términos en lo que a mí respecta, le apoya, negando enfático su antisemitismo. Por su parte, el sujeto, declara tan campante "que siempre le gustaron los chistes crueles". No debe sorprendernos esta salida grotesca. Pablo Iglesias es una avanzado en el tema, ponderando "Juego de Tronos" como arma política, "los villancicos que le hacen tilín" y su deseo de "asaltar el cielo", en vez de hacer de la política un arte que beneficie cambios sociales profundos y sustanciales. Concuerdo que, en la España de estos sombríos años hemos visto y oído cosas peores. El PP y su gobierno las aportaron en cantidades industriales mientras cambiaban para peor la sociedad, hasta el extremo de volverla irreconocible. Los de "Podemos", discípulos académicos de Karl y Groucho Marx, son más artesanales. Solo hay que darles tiempo para que exhiban ante el mundo su genuino percal, de gente que aprovecha la condición patibularia de otros para manifestar santa castidad y más que dudosos deseos de cambio. Iglesias es de los que se arrogan la potestad absolutista de monopolizar las fuerzas de izquierda, justificando sus propios dislates, y los de seguidores como Zapata, su ex novia, y Monedero, Errejón o Bescansa, embarazada, según moda vigente en políticas prósperas. 

Lo de Albert Rivera, que confecciona sus listas con elementos pardos, es otro absolutista por el estilo, capitalizando desastres ajenos al presentarse, junto a sus teleñecos/as, como árbitro de la decencia en política. Tiene sus propios Zapatas. Son los que apoyan su cantar de gesta antiautonómico y neoliberal, liándose con la más o menos bruta Susana Díaz, y la "limpida" Cristina Cifuentes, suerte de funcionaria asesina todoterreno (hay que recordarla como delegada de Rajoy,reprimiendo manifestaciones populares), para una formación que se desploma en toda España. 

Iglesias y Rivera son dos jóvenes, puntas del camino de la nueva hornada, incapaces de autocriticarse en lo más mínimo. Eso, y no el cante jondo que ensayan, a izquierda y derecha es lo que les caracteriza, fruto de una cultura baja en proteínas, políticas y de las otras. Ahora, a través de ensambles y componendas basadas en el sufragio ciudadano, veremos dónde van. 

Seguro que entre lo que preparan y su realización, nos dirán algo que conocemos:"Lo mejor es enemigo de lo posible".También lo que están dispuestos a hacer, de acuerdo a insuficiencias y proclividades heredadas, de corte autoritario, que el tiempo empieza a dibujar cada vez más.

No espero que mis compatriotas, aliviados por el giro al centro con briznas de viento izquierdista, entiendan el presente artículo. Aunque sinceramente, deseo en el alma que disfruten de su ilusión. De ella también se vive.