Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

martes, 16 de junio de 2015

DISTANCIAS



Lo que de verdad aniquila el argumentario de la derecha, es el análisis político y social profundo, no las pedradas. Lo de Zapata, incurso en el disparate de otorgarle una función cultural en el consistorio, es eso mismo. Cualquiera que arroje una piedra no rompe el escaparate de la derecha española y su vieja dominación. La actual caza de brujas en twitter la refrenda, con amenazas judiciales promovidas por el poder. Ellos lo blindan, echando el cerrojo los medios audiovisuales bajo su control, que son casi todos. En mis artículos, por ejemplo, no escribo nada que no pueda demostrarse, en un tribunal o en cualquier parte. Al señalar alguien como imbécil, farsante, genocida o ladrón, no le insulto, apelo a calificativos imprescindibles tras un análisis minucioso y responsable. No por eso van a respetarme los blancos de mis disparos con munición de abecedario, pero un análisis profundo desmixtifica, haciendo vulnerable a cualquier canalla, o banda de los mismos que pretenda ocultar sus miserias ante los inteligentes, combativos y sagaces. Acredito al respecto, la experiencia suficiente para ser independiente, no atándome a partido alguno. Mis apoyos son siempre críticos, cincunstanciales y, desde luego conminatorios. Es decir, pendientes de enmienda. Por raro que parezca, mis censores explícitos provienen de la izquierda. Ya comenté actitudes de Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, o Diego Cañamero. La extrema derecha, visiblemente inculta, lo hace por omisión. Escribo como la mayoría de periodistas y escritores no son capaces de hacerlo, con pocos lectores manifiestos y algunos ocultos. El problema no solo afecta a España,también lo dije. Sostengo algo que molestará a mucha gente: soy uno de los pocos escritores y pensadores vivos del mundo hispano. Que no se me reconozca, significa, en realidad, que unos pocos y muy fieles, aprenden o coinciden con lo que opino sobre el mundo, la existencia y sus avatares. Me defienden mis biografías, novelas, el blog, y un espacio Facebook que no bajan la guardia. No hay un gramo de narcisismo en esta consideración. En todo caso, es narcisismo del bueno, emparejando las variables del colesterol. Hay en mis labores diarias mucho esfuerzo, vinculado a la sed incesante de aprendizaje y su correspondiente vertido, muy generoso y parcialmente gratuito. Abandoné físicamente mi tierra, sin olvidarla. Brasil es una tierra donde las polémicas públicas mejoran su performance, permiténdome respirar un poco en relación con otras atmósferas, bastante más contaminadas. Estoy avanzando en una nueva novela, gracias a este país de anchos horizontes, donde mis trabajos se multiplicaron desde nuestro arribo. Residiendo en España no me hubiera integrado a ningún partido ni sector. Les quedo lejos, porque funcionan con otros códigos y tradiciones. Mi historia de temprano inmigrante lo resolvió hace tiempo, coincidiendo con un dudoso postfranquismo. Además, tampoco soy masoquista. Lamento decirlo por todo lo que significa. No es desprecio, sino distancia

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