El imbécil de Albert Rivera, antidemocrático negador de su nacionalidad de origen en beneficio de "La Grande y Libre" de matriz franquista, exhibe sus papeles mojados sobre la corrupción, que sus socios, tan mentirosos como él y la tropa parda, rejuntada en los peores antros de la política, firman desde el charco de agua sucia, en esta España de la exclusión social, un supuesto pacto anticorrupción. Dice llegar, para regenerar la vida política el muy degenerado, formado en las cavernas políticas de la FAES y el neoliberalismo. Su lista está llena de subnormales, trapaceros y oportunistas, que pronto darán que hablar. De hecho, los fundadores de la gavilla, nutrida por gente como el payaso Boadella, Francesc de Carreras, Arcadi Espada y el estafador literario, y hoy difunto Horacio Vázquez Rial, ya prefiguraban el inglorioso destino del invento, cuyo auge se proyecta transitorio según las encuestas. Sus pactos infumables con la brutal Susana Díaz y la derecha del PSOE, o los que celebró con la infame Cristina Cifuentes, ex sirvienta de Esperanza Aguirre, sólo le depararán infortunio, aunque hoy le sirvan para colarse en las instituciones, sembrándolas de larvas, a imagen y semejanza.
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