TAL PARA CUAL

Mariano Rajoy Brey, esclavo sureño del Reich Alemán, regido por el Bundesbank y Angela Merkel, pasea por el Camino de Santiago, escoltando diligente y servil a su ama teutona. Ambos se formaron durante regímenes tortalitarios y asesinos. El gallego se ha probado hijo ideológico de su compatriota, el genocida Francisco Franco Bahamonde. Ella, de la herencia nazi y el comunismo de la STASI, una letal combinación forjada en su espíritu provinciano de ossis, que desembocó en la presente mentalidad, elitista, represora y carcelaria. 

Despojados de toda virtud, vienen estos seres despiadados a restaurar la vieja alianza de Franco y Hitler, adaptada a los tiempos del neoliberalismo, comportando otra versión destructora del espíritu humano, al sembrar el camposanto de millones de vidas, sin que se dispare un tiro ni explote una sola bomba. En la Europa actual, gobiernan los peores. Gente carente de toda sensibilidad y virtud.Un repaso del catálogo gobernante en todos los países del Continente, nos conduce al molde común de la codicia, el saqueo de bienes públicos y un patente odio social. Es la élite que la vieja Europa se supo conseguir, edificada sobre las ruinas sembradas por regímenes totalitarios y democracias logreras. El viejo drama de posguerra, con una reconstrucción continental tras la barbarie, presidida por mafiosos, oportunistas y hombres de negocios, bajo el patrocinio de Washington y la complicidad del Kremlin, desde el reparto de tareas en varios países, preparó esta debacle actual, simbolizada hoy en los cinco quilómetros celosamente custodiados que recorrieron en una hora estos dos paseantes, tan poco inocentes, bajo el sol. 

El maridaje espurio, perpetrado en nombre de una democracia inexistente, y con la equidad social en la UVI, proyecta un cuadro goyesco. Que les abroncasen los pasos es poco. Quizá nos sirva de consuelo que la Historia les haga justicia. Lo hará, sin duda. Pero a la Historia hay que auxiliarla cambiando su curso presente, para que un día no lejano, alguien tan despreciable como Merkel, sea declarada "Persona non grata" en el suelo patrio, y el miserable Rajoy pertenezca a un mal recuerdo.