Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

domingo, 17 de agosto de 2014

DE MISERIA Y FLOJERAS



Continúa disgustándome profundamente la blandura de los tertulianos de izquierda en la Cuatro y La Sexta. Desde la última, toleran las burdas provocaciones y ataques del bufón Marhuenda, privilegiado en sus comparecencias, sin atreverse a ponerle en su sitio, pese a que sería muy fácil hacerlo. En la otra, suceden cosas parecidas con diversos farsantes, sobre todo desde el interinato de Javier Ruiz (que es un buen técnico desde la reseña económica y las cifras concretas, pero débil en su ideología), reemplazando a Jesús Cintora. Vuelvo a La Sexta, donde reina el peor núcleo de presentadores y tertulianos, de izquierda a derecha. Cuando le llaman "Paco" al protegido del señor José Manuel Lara, reprimo las ganas de vomitar. Lo mismo se aplica en "Al Rojo Vivo" al tosco y rudimentario Antonio Pérez Henares, siervo de un constructor burgalés, a quien llaman cariñosamente por su apodo de "Chani".

Entiendo que nuestros izquierdistas, más o menos decentes, se estén ganando una paga, pero lo hacen a cambio de aceptar las básicas reglas de juego de los patrones de las cadenas y sus más repugnantes esbirros. Parte del hondo drama en la España actual es este. Faltando cultura social, tradición y memoria histórica, los principios oscilantes, se agitan como un péndulo sin filo de recorrido transversal. Buena parte del sostén de este horrible gobierno y sus patrocinadores es mediático. Controlan los influyentes medios gráficos y audiovisuales. En ese concierto, los sumisos izquierdistas son meras comparsas, oficiando de la "pausa refrescante", parecida a la que administra la "Coca Cola". Dueño de una personalidad poco común, y pese a algunas concesiones verbales que ya reseñé en otros artículos, Pablo Iglesias se les fugó por el desagüe. Ya es tarde para evitar la extensión de su discurso. Las pruebas de ello son más que evidentes. Igual les pasó con Ada Colau. En adelante, y aunque ya sea tarde para evitar lo peor, tendrán más cuidado controlando rebeliones discursivas en pantalla. La sumisión y aborregamiento en buena parte de la sociedad española favorece, de momento, esas medidas prontas de amordazamiento compulsivo. Son letales como el peor de los venenos; aquellos que minan la voluntad y corroen el alma de un pueblo.

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