LA LETRA MUERTA

Díaz Ferrán y su "Liquidador" De Cabo, son las cabezas de turco que exime a muchos otros ladrones de sus saqueos permenentes y estafas, al erario público y su Hacienda. Muy pocos se atuvieron a la miserable "Amnistía Fiscal". Los más, disfrutan del botín sin problema alguno, amparados por la Ley de la Selva imperante en territorio europeo. En la noción de riqueza, hace ya tiempo se afincó el deseo desenfrenado de especular con el trabajo asalariado y el bienestar de los productores, en detrimento del crecimiento económico distributivo que garantizan los derechos sociales. Por esa razón, las leyes fundamentales (léase Constituciones) que rigen el Estado de Derecho, se han transformado en letra muerta, y presumiblemente enterrada para siempre. La española, celebra hoy sus treinta y cuatro años de pálida existencia, y agónica presencia de papel mojado en los últimos cinco. La corrupción en las clases poseedoras, auténticas dueñas de esta Europa del Euro, alcanza ribetes dramáticos en los países del Sur, anclados en una política fiscal dictada por medio de las deudas soberanas, desde los países acreedores del Norte. Gobiernos que incumplen todas sus promesas una vez votados, ejecutan la triste misión de mandaderos de nuestros verdaderos amos, a la chita callando. Entre ellos, Rajoy es el que más obedece esta Ley del Silencio, y el pronto pago, al coste de la creciente exclusión social, y una tasa de paro que precede a lo que será una hambruna generalizada. 

Las penas que puedan imponerse a estos dos chorizos y sus cómplices, no anula las medidas crueles que se impone a la mayoría de esta sociedad quebrada. Son ya seis millones los parados habidos, y más del 30% quienes ya no reciben un duro de cobertura. Las últimas víctimas visibles de este Gobierno, mera agencia recaudadora de los bancos alemanes y franceses, son los jubilados, pensionados y aquellos que requieren asistencia permanente, mientras los desahucios siguen su curso con implacable puntualidad. La obsesión religiosa y contraria a la potestad de las autonomías y sus lenguas nativas, cabalga en los predios ruinosos del franquismo. De los peligros que acechan a la Educación y la Sanidad no cabe hablar.Lo hacen las constantes manifestaciones y acciones de protesta. 

Algo debe quedar claro: nada cambiará este Gobierno de extrema derecha, como no sea para peor. 

De Cabo es, en tal sentido, uno de tantos "liquidadores". Los bancos y el elenco estable del PP están liquidando este país a precio de remate, mientras no cesan de saquear para la corona de Merkel. No sólo ahí van a parar nuestros dineros. El día en que las cuentas se ajusten en este Reino de opereta, no alcanzarán las cárceles para enrejar tanta infamia, e infames...