VOCES DE ULTRATUMBA

Oigo voces que eximen al empresariado español de las tropelías cometidas por su ex jefe. Por ellas será juzgado, así como el admirador de Richard Gere (en su papel de liquidador de empresas en "Pretty Woman"), un siniestro De Cabo.

Sin embargo, lo afirmado por Díaz Ferrán en plena crisis económica, sobre el que "cada vez habrá que trabajar más y cobrar menos" suena igual que lo referido por el exitoso patrón de "Mercadona", que por ejemplo, no es un ladrón. El resto del gran empresariado vernáculo comparte esta visión asocial, ejecutada por el Gobierno de Rajoy, y los de Grecia, Portugal, Irlanda, Irlanda e Italia, con especial crueldad. 

Nadie de ellos ha defendido en sus países y el nuestro el consumo de sus trabajadores, criticando la Reforma Laboral, ni ataca la gestión destructiva del PP. Por el contrario, rebajan sueldos y envían trabajadores al paro con gran entusiasmo. 

Lejanos son los tiempos en que Henry Ford preconizaba una economía de consumo, "para que cada uno de sus trabajadores pudiera comprarse un modelo fabricado por ellos". El signo dominante del capitalismo en esta etapa de la Historia es el poder financiero, la pasta en paraísos fiscales, y los demás que se jodan. Merkel , los bancos alemanes y sus aliados propulsan esta filosofía, conectada inevitablemente al despojo de los bienes públicos. Bernard Madoff o Díaz Ferrán son dos ejemplos de saqueo a espuertas. No es otra que la filosofía del beneficio usurario -una versión  autodestructiva de la acumulación de capital, que deriva en avaricia contumaz-, la que genera a estos destacados chorizos. Unos pocos van a la cárcel, mientras la mayoría sigue robando legalmente con el auxilio de muchos políticos, los grandes bancos, el vigor monopólico, y varios gobiernos. 

En tal sentido, el pacto de los aliados en Occidente promoviendo el consumo tras la Segunda Guerra mundial, encabezado por los Truman, Churchil, Atlee, De Gaulle, Adenauer o De Gasperi, murió con ellos, sobreviviendo un tiempo, mientras se reorganizaba la etapa más destructiva del capitalismo De no cambiar esta concepción asocial de la empresa, retornando al sendero de economías que desarrollen los mercados estimulando la inversión, aguarda a España y Europa toda una larga y penosa agonía, ya anunciada por el parón exportador de Alemania. La muerte no perdona a ningún sistema cuando sus voces la anuncian...