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sábado, 29 de diciembre de 2012

LOS JUICIOS...


Comparo los juicios de Argentina a sus militares asesinos con la impunidad de la que gozan los causantes de desahucios, suicidios, indefensión y pobreza en Grecia, Portugal y España. Son los que reparten dolor a domicilio e instrumentan planes de ajuste y recortes gravosísimos, destruyendo un país en beneficio de otro mucho más pequeño; el de los privilegiados que exportan dineros del saqueo en silencio, utilizando el Estado para que la mayoría paguemos lo que causan unos pocos. Las enfermedades y la muerte, o la locura, son obra de la desprotección social en esta nueva guerra civil sin disparos ni cañones, pero a la larga tan letal como la que fue. No sé si lo veré, tal como están funcionando las cosas, en esta Europa de minorías ricas y mayorías en precario. Da la sensación que este gran genocidio social va para largo, pero tarde más, tarde menos, el castigo llegará tronante para los Merkel, Draghi y sus sirvientes locales. Porque no basta ser poderoso, o votado, e incumplir alegremente el voto mayoritario para imponer una voluntad depredadora. El reparto de los dolores terminará atrapando en su ratonera a quienes hoy los imparten con soberbia, desvergüenza, y unos lamentos plañideros que no se cree nadie. Sobre muchos cadáveres y vidas rotas de familias a la intemperie, sin futuro o forzadas a emigrar, pagarán por lo que están perpetrando. 
En Argentina ya lo hacen. Se me dirá que esto es una democracia, no una dictadura sangrienta. Digamos que a esta altura de las circunstancias, vivimos una democracia sangrante y cangrenada, en muchas parcelas de su naturaleza. Un Estado de Derecho que casi nadie se cree, operando arropado por Berlín y la oligarquía vernácula en cada país, afectado por las crueles recetas del BCE y el FMI. Aquí  como en la Argentina de los años ´70, hubo víctimas y victimarios. Igual que en la España de Franco, revitalizada en áreas vitales del funcionamiento económico y social. Por esa razón, los juicios caerán como una breva del árbol de la justicia. Que no les quepa duda.

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