Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

miércoles, 10 de diciembre de 2014

ARTURO PÉREZ REVERTE, O LA CENSURA, OBRANDO CONTRA LA CULTURA, LOS DERECHOS HUMANOS Y Y LA INTELIGENCIA


Por un momento pensé en crear un blog de repudio al felón Pérez Reverte y sus secuaces, alzando el estandarte de los tesoros literarios universales y su inviolabilidad, amenazados seriamente por la ola de barbarie contracultural inaugurada en esta España regresiva. Pero en realidad, lo que da lugar al triste fenómeno local, que tantos aceptan mansamente, es la constante depreciación de los valores culturales y sociales en todo Occidente, manifestada con especial énfasis en la Europa toda. La política y la economía revelan claramente esta pavorosa deshumanización Ya escribí mucho sobre esto, sin que nadie se rasgue las vestiduras. Creo que lo mejor es llenar renglones amando la profesión, desde cada trinchera donde haya un autor consciente de que, solo la calidad permanece en el tiempo, y que las modas, generadas por la molicie creativa, con sus palos en la rueda del talento y los espíritus rebeldes e independientes, acaban siendo trituradas por tiempos mejores. Tras centurias de guerras e intentos parcialmente frustrados de progreso y modernización, nos hemos alejado peligrosamente del fulgor renacentista y los derechos sociales. Solo un gran impulso colectivo derrotará este nihilismo conceptual, restaurando el viejo amor por las artes, la lectura y sus grandes obras maestras. 
De ser aceptada por el mundo, esta agresión, perpetrada por unos miserables contra Miguel de Cervantes y su obra mayor, amenaza con extenderse como antaño las pestes, banalizando todo aquello que merezca ser respetado y amado como expresión de belleza, talento y creatividad de genios eternos, útiles al progreso. El miedo que cita Pérez Reverte no radica en la aparente complejidad de "El Quijote", sino en su grandeza, para él, -miserable calígrafo impuesto por el márqueting del sistema en sus horas bajas- absolutamente indescifrable.
Reitero, nadie en particular puede restaurar el amor por los clásicos y los textos meritorios, por eso desisto en mi idea primigenia. Hay toda una maquinaria comercial puesta al servicio de idolatrar el barro.Ella alcanza a las universidades y las élites culturales, sin distinción de ideologías. Una prueba viviente es Mario Vargas Llosa. No el de "La Ciudad y Los Perros". Ese murió. Otra, la de este censor y sus cómplices, los de la RAE, venerados servilmente por muchísimos más. En Brasil lo perpetraron con Monterio Lobato, con supuestos fines educativos. Estos otros arguyen lo mismo.
El imperativo real, es crear generaciones de zombis obedientes y serviles al poder del dinero, como ellos. 
De estas tentativas purulentas a las hogueras nazis, o el "Farenheit 451" del gran Bradbury, media un paso. Se empieza mutilando en un ejercicio real de censura, y se termina quemando todo aquello que, por imperio de la decencia, la belleza y el progreso debemos conservar vivo como patrimonio cultural y fuente de inteligencia, para avanzar en la aventura humana. Ese es mi criterio, que los demás asuman sus responsabilidades.

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