Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

jueves, 20 de octubre de 2016

LO VIEJO Y LO NUEVO

El problema que aqueja a la izquierda española, radica en carecer de táctica y estrategias, determinadas previamente para enfrentar al régimen monárquico y su gran soporte, el directorio de la UE. Unidos Podemos se maneja empíricamente a ramalazos, según los ataques del enemigo. Es decir, no depende de principios sujetos a un programa reivindicativo, fijo e inmodificable, sino del sostenido ataque del poderoso rival político, hoy dominante y apalancado en el poder. Los vaivenes de Iglesias, virtual líder de la partida, han encontrado un gran obstáculo que nace de sus propias vacilaciones, bien plasmadas por Ínigo Errejón, más cercano a la entente con la derecha y el sistema todo.Un reciente artículo del periódico de derechas”El Confidencial”, explica los símbolos de la “V” churchiliana que esgrime el último, contra el puño en alto izquierdista, al que Iglesias echa mano en ocasiones, llamando ahora a desconfiar del parlamentarismo, y la vuelta a las calles y plazas, reanimando el espíritu movilizador. Son dos programas opuestos conviviendo en una sola formación, sin que nadie se atreva a romper la doble baraja, mientras el sistema, ya dañado el PSOE como operador fiable en su balanza, se remite a brindar su versión final del Pacto a Tres, sin garantías de continuidades que excedan operaciones en las Cortes. El problema, ya observado en los calamitosos y acríticos llamados constantes de alianza “izquierdista” con el luego defenestrado Sánchez, para oponerse a la investidura de Rajoy, se prolonga ahora en el nuevo giro de Iglesias, procurando atraer a los disconformes del PSOE. Pero al no quebrar lanzas con el reformismo de Errejón, expulsándolo de Podemos, el porvenir de tal izquierdización es azaroso. La novedad más reciente llega por boca del neoliberal Jordi Sevilla, criticando una política económica salarial atentatoria contra los asalariados y el sostén de las pensiones, mano tendida al rival de Iglesias y la derecha burocrática de su formación, apoltronada en el parlamento y varios consistorios. La futura base adaptable al sistema de Podemos, está servida, aunque de momento, tampoco a su jefe alternativo le interese irse a paseo, en parte por confiar en el conservadurismo de su propia base. Sin táctica ni estrategia sobre la base de un programa de clase, lo nuevo tardará en llegar más que lo viejo en irse. La tradición política española no recoge antecedentes que indiquen lo contrario, pese a que el partido tapadera de la Transición esté destrozado. Siempre el abandono de principios ha otorgado chances al enemigo, precipitando catástrofes como las de Syriza en Grecia, o el PT en Brasil y el kirchenrismo en Argentina. Son los modelos ponderados en el pasado reciente por Iglesias y Errejón, caídos hoy por el efecto aplastante de lo viejo sobre lo nuevo. Debieran tenerlo en cuenta quienes albergan esperanzas que desmienten, no tanto las maniobras neoliberales de la extrema derecha, como el empirismo y la improvisación de los agentes políticos sociales que la enfrentan, con el equivalente de los palos y las piedras.

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