Días atrás comenté que Podemos procura restar votos al PSOE, pero esa es una parte de la verdad. La alianza con los socialistas tardíos es un puente hacia la burguesía. Empero, los más felices pactando con los susodichos sería la Izquierda Unida de Garzón, Lara y Llamazares. La formación estaliniana de los comunistas españoles prefiere el frente con la "burguesía progresista", un viejo invento de la Tercera Internacional,actualizado en 1978, que llevó al PCE a la práctica extinción eurocomunista, cediendo liderazgo a González, Guerra y sus macacos, a la vez que validaba la corona borbónica. No debe extrañarnos la benevolencia del CIS con Garzón, respetado por el mismísimo Eduardo Inda. Confían en ellos por la tradición que han sembrado durante décadas. Son fieles a sus principios. Luego, ellos pagan como paga el diablo, poniéndose exigentes con Iglesias a la hora de pactar sillones, so pena de romper tratativas. Y no es que Podemos escape del estigma estaliniano. Toda la izquierda española y la europea yacen prisioneras de esta mala herencia. La guerra contra nazis y fascistas no la ganaron los partisanos, sino la burguesía europea con ayuda del Kremlin y Washington. España quedó aislada durante demasiado tiempo para evitar llevarse la peor parte luego del sobrevivido franquismo: la de la Transición y el Estado Monárquico. Es la que vivimos, si bien ya no somos los únicos perdedores, merced al despótico y cruel hegemonismo alemán de los descendientes de Hitler y sus sueños de grandeza. De forma tal que, siendo progresista la probable alianza electoral entre Podemos e Izquierda Unida, los límites programáticos que podrá alcanzar llegan anticipados por Ada Colau en Barcelona, Carmena y lo "bonito" en Madrid...y en el peor de los casos, por cuenta de Syriza en Grecia.
Algunos me tacharán de pesimista.Ser realista es lo contrario, preparándonos para que lo previsible no sea definitivo.
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