La ministra de Trabajo Fátima Báñez calca con aumento el país de las maravillas que pregonan los funcionarios del Gobierno y sus sirvientes mediáticos. Ha sido optimista con el presente en grado extremo, y bien asimilado a la Ciencia Ficción. Es la misma que hace no mucho encomendaba nuestro futuro a la benevolencia milagrosa de la Virgen del Rocío. En el punto se diferenciaba de Rajoy, cuya encomienda misericorde a Angela Merkel, vía el ministro De Guindos, o si se tercia en persona, es bien conocida. Otros miembros del Gobierno, especialista en desgobernar empobreciendo esta sociedad a gran velocidad, toma como referente milagroso a Draghi, capo del Banco Central Europeo por la gracia del Bundesbank, sus socios holandeses y los de Finlandia y Holanda.
Dichos territorios rindieron sus banderas ante Adolf Hitler en la Segunda Guerra Mundial, y ahora lo hacen ante su compatriota, educada en la RDA de la Stasi, aunque adaptada- como todos los periféricos ansiosos de validar destinos(igual que el führer)- al capitalismo más hidrófobo.
En este pasodoble que baila La Moncloa y sus monclovitas todos se pisan de continuo el talón, sin que nadie renuncie. La Báñez es tan torpe aunque menos manifiestamente malvada como prueba cada día José Ignacio Wert, el sociólogo -ideólogo y ministro de Educación- dispuesto a pulverizar la cultura en España en las dos o tres siguientes generaciones, a base de encarecer brutalmente los créditos universitarios, podando la plantilla de profesores y maestros en la enseñanza pública, tras recortarles el sueldo el Gobierno eliminándoles la dobla paga de diciembre. Contra este cuadro de desmonte y liquidación ya se han alzado educadores y padres, sin que el reptante ministro (consigliero de la extrema derecha) haga mutis por el foro pese a los constantes pitidos y abucheos que acompañan sus apariciones públicas.
Sobre el 25% de paro y con más del 50% afectando a los jóvenes, y 350.000 desahuciados que cada día aumentan la cifra, pronto llegaremos a la situación de Grecia, Portugal e Irlanda, sin que la economía despegue ni amague hacerlo algún día.
La mano tendida del PSOE, causante inicial de este otro reinado del terror y la desolación, garantiza una buena temporada en el infierno, mientras Alemania y los suyos se financian al 0% de interés; asunto que admite Rajoy sin levantar el testuz de la sagrada obediencia al poder foráneo.
De no acabar a breve plazo con este elenco de cipayos entregados a la obediencia en el pago perentorio de la deuda exterior, y la sujeción a la maldita moneda del Euro, quizá vaya siendo hora de reemplazar el toro bravo que simbolizó este país durante años por un asno. Pero no será cualquier burro.
Quienes hoy mandan en España son menos humanos que "Platero", o sus amigos del rebuzno y el esfuerzo.
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