EL TRAMPOSO TRUMP

Todo lo que Bush, los Clinton y Obama no se atrevían a enfrentar, odiando esos principios toda la vida, Donald Trump lo hace de frente y sin tapujos. La filosofía del nacionalismo y la libre empresa tienen en el canalla machista y xenófobo, carta propia de ciudadanía. La prepotencia es un valor eterno en esta nación desde que exterminaron sin piedad a los verdaderos norteamericanos: las tribus indígenas, condenando a sus sobrevivientes a la marginalidad y el alcohol. Con los afroamericanos practicaron una especial crueldad, colgándolos de los árboles ante la menor afrenta. Abraham Lincoln pagó con su vida su teórica liberación de la esclavitud, pospuesta desde siempre, pese a Martin Luther King. Hollywood resume en esa filosofía el destino que reservaron para los mexicanos en particular, y los latinos en general. Sucios y feos, en la series de TV trafican con drogas y etc. Allí, las mujeres son por lo general, objetos sexuales. Todo ese bagaje y más fueron heredados por los norteamericanos y su cultura. Hoy llega Trump para actualizarlo gracias al voto de los desesperados y lúmpenes de la marginación, ante una rival del talante de Hillary Clinton, la dama blanca de oscuro corazón.Sabemos cómo pagará el multimillonario estos desdichados sufragios que le ungieron. Les reserva el Tren Fantasma y la Casa de los Horrores en su peculiar parque de diversiones. Eso, si no lo matan antes sus cómplices o algún loco de los que suelen utilizar las conspiraciones USA. La impostura en política tiene un precio en libras de carne, y él se pasó varios pueblos en su camino triunfal a la Casa Blanca. Más allá de la cháchara, sus primeras medidas hablan claro sobre su verdadera filosofía. Tramposo en sus empresas, lo será con sus infelices votantes. De momento, los mexicanos y los chinos no le quieren. Tampoco las feministas, como se observó en las vecindades de su asunción. Trump es una de esas personas que concita hogueras de odio con abrumadora facilidad con solo abrir las fauces, emitiendo los aullidos guturales por todos conocidos.Carece del menor encanto por ser bruto, inculto, poco amable y todo aquello francamente desagradable en cualquier persona. De no ser la crisis imperial tan aguda, la Historia le hubiese reservado un lugar en las comedias de TheThree Stoges, fabricadas un siglo atrás. A esa época pertenece y a no dudarlo, en una forma u otra, volverá y será recordado. A menos que llene de sangre y dolor el Siglo XXI. Un albur posible por el gabinete belicista que lo acompaña, con las armas nucleares en su poder.