EL CIERTO RETROCESO PROGRAMÁTICO DEL FRENTE DE IZQUIERDAS Y SU INDEFINICIÓN ANTE LA UE

La cuestión fundamental en la segunda cita electoral española-auténtica madre del cordero-, es la obediencia o su contrario respecto de la UE, en materia económica, política y social. El tema griego vuelve a despuntar en esta competencia, trasladada a España. Sabemos cómo resolvió Syriza el tema del referendo, con gravosas consecuencias de todo tipo que hoy aborda el país heleno. Fue una seria derrota rebelde, que el 26J repercutirá en los votos de la izquierda y su flamante unión entre Podemos e IU. El argumentario griego, saldado con la derrota popular y la vuelta al redil alemán con el rabo entre las piernas fue una catástrofe. Los ayuntamientos del cambio dependen de la Hacienda que maneja el PP. De ahí sus grandes dificultades con el presupuesto, el poder bancario y las órdenes que recibe España como país deudor que ya dobló el codo de la deuda en un 100%, y necesita más dinero prestado para financiarse. En tal sentido, la extrema derecha, su gobierno y Ciudadanos, plantean continuar la sumisión al Bundesbank, Bruselas y la Troika. El PSOE, tras algunas algaradas de Pedro Sánchez se somete al mismo código. Ya lo sostuvo aliándose con Ciudadanos, al aceptar el plan económico de Garicano (gurú neoliberal de la formación) y Jordi Sevilla (su propio obsecuente). En el programa del Frente de izquierdas hay gasto social y propuestas de gravar las grandes fortunas, pero ya no se habla de revisar la deuda soberana, y en la reunión con los empresarios, Pablo Iglesias se probó conciliador con quienes sigan explotando en su abierto beneficio el mercado de trabajo. Ante las nuevas exigencias de Bruselas recortando el déficit no hubo respuestas del Frente. Lo más probable, de ganar las elecciones, es que se dobleguen como Syriza, pese a reiterar que España no es Grecia, aclarando que tampoco se busca la República, reivindicación fundamental para quebrar el espinazo del Estado Monárquico y buena parte de sus purulencias. La reaparición de Iñigo Errejón al primer plano, anuncia un acuerdo postelectoral con el PSOE, similar al obtenido por Ada Colau en Barcelona con la canalla del PSC, y en Valencia con Ximo Puig, situado más a la izquierda que Collboni (el nuevo socio del consistorio). Ante estos pases conciliadores es más que probable el triunfo del PP, Ciudadanos y una parte del PSOE, en manos de Susana Díaz, camino a la Gran Coalición. La perpetrarán estos derechistas una vez constituido el Nuevo/viejo gobierno y las cortes, al mejor estilo Rubalcaba, tras su desastre electoral. Puedo equivocarme, desde luego, pero lo que indica el cierto retroceso programático del Frente de izquierdas y la rentrée de Errejón es esa deriva.