Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

sábado, 25 de junio de 2016

LAS CARTAS MARCADAS


Recuerdo las vivas polémicas de la izquierda sobre el comunismo en la URSS y sus satélites y la posibilidad de reformarlos democráticamente desde dentro. Los más optimistas llegaron a comparar las acciones de Napoleón como reformador de Europa, trasladando conquistas de la Revolución Francesa a los territorios que invadían sus ejércitos. La Historia demostró que esto era falso. El comunismo se desplomó finalmente por su burocratismo terrorista e incompetencia económica, política y social, abriendo otro curso histórico en sus territorios. La actual UE es una organización criminal y genocida, que actúa despóticamente empleando la coacción y el chantaje económico en el Continente, apoyándose en las grandes corporaciones y el poder del dinero, echando mano de un sistema capitalista que no se basa en la producción, sino en la usura y el expolio a mansalva para con los países y clases más débiles. El Directorio de Bruselas, patrocinado por Berlín, emplea tácticas basadas en el nazismo y el comunismo, utilizando los medios masivos que controla desde previas instancias. La violencia manifiesta no la emplean tanques ni ejércitos, sino los antiguos partidos políticos adaptados a las nuevas reglas del juego (el ejemplo más claro es España), o los nuevos e improvisados a través del voto y la capitulación posterior(como en el caso de Grecia).El poderío de esta UE se apoya en los antiguos socialdemócratas, asociados a la derecha. Sus medios materiales son inmensos y no es posible la reforma interior del sistema creado, sino su destrucción, que debe cobrar un carácter social y por ende político. En la Europa neoliberal de estos ladrones y genocidas, ellos son nuestro enemigo principal. El Brexit los debilita, porque, a diferencia de Grecia, Gran Bretaña es la segunda potencia continental. Desde Margaret Tatcher cambiaron muchas cosas allí, destruyéndose las conquistas sociales laboristas de la posguerra, pero esta independencia política, típica de la que fuera primera potencia colonial y cuna del capitalismo durante siglos, conserva sus propias tradiciones. La actual ruptura de la UE es un hecho positivo, porque la idea de Unión Europea, como fue planteada y ejecutada mediante una moneda común como cepo bajo control alemán, es una trampa, que afecta principalmente a los países del sur. Voroufakis lo sabe, pero su concepción democratista lo ata a la reforma. Nada cambiará en este drama del siglo XXI sin oponer al despotismo en curso, otro más social y efectivo.Es lo que neutralizará el retorno al fascismo de los Le Pen y otros degenerados por el estilo. La lucha será dura y constante, pero necesaria. Las víctimas serán inevitables. Pero mientras perdure este sistema cruel morirán más millones que las cifras actuales ocultan,de hambre, pobreza, precariedad y desesperación. Los refugiados son parte de las contemporáneas, y golpean nuestras puertas pidiendo un auxilio que Alemania, Francia y los gobiernos satélites de la UE niegan. Mientras, Varoufakis sigue apostando por un mazo de cartas marcadas...

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