Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

lunes, 4 de febrero de 2013

LAS JUGETONAS MILONGAS DEL PSOE


                   Alfredo Pérez  Rubalcaba. Todo cerebro y corazón ausente


Mientras apesta la corrupción oficial y el paro crece en 132.000 personas el PSOE no reclama el cese de la legislatura y nuevas elecciones. Se conforman con que Rajoy renuncie; propósito por el que laboran en forma subrepticia varios mandos del PP, destacando entre ellos la inevitable y peligrosa Esperanza Aguirre.

¿Por qué razón los socialistas rechazan nuevas elecciones? La respuesta la brinda Demoscopia, arrojando cifras de crecimiento nulo en las estadísticas de voto. El derrumbe del partido oficial en las mismas  registra, en paralelo, el continuo desastre del que fuera partido de Gobierno durante dieciocho largos y contradictorios años. Por consiguiente, las elecciones no les interesan. Para tocar poder tendrían que pactar con los nacionalistas catalanes, vascos y gallegos. Eso significa concesiones sectoriales que, acostumbrados a empuñar la sartén por el mango, rechazan de plano. Por ello Prefieren un desgaste mayor de esta penosa legislatura, creyendo que así irán repechando la cuesta hasta obtener una quimérica mayoría, aunque sea parcial. 

Otra razón poderosa radica en la postura de Berlín y sus satélites, exigiendo el cobro de deudas públicas y privadas  pendientes.

Es de destacar, que los intereses de esta formación, otrora hegemónica, no coinciden con las imperiosas premuras de la hora ni el interés ciudadano, sujeto a impugnar recortes, confiscaciones y el creciminento de un paro aterrador. En parte están complicados en tramas corruptas propias. Pero lo que prima en esta actitud tibia y capitulante, es la ausencia de un programa social y económico opuesto al del Partido Popular, junto a la ausencia de líderes que desplacen con vigor esta torticera ejecutiva comandada por el manipulador Rubalcaba y su guardia de corps. 

Los actuales, dejan que un Gobierno cavernario, detestado y moribundo, con mayoría parlamentaria suficiente para imponer, con toda la cara  nuevos ajustes por Real Decreto, continúe haciéndolo sin que nada cambie. Es, más que una estrategia miserable, la verdadera profesión de fe que guía sus jugetonas milongas. Las mismas integran el actual drama español, que empeora con el paso de los días y las horas.

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