La diferencia entre una condición inmoral y otra amoral, difiere en el grado de insensibilización sobre los asuntos humanos de una y la otra. Aunque es también un pasaje.Nadie nace amoral, salvo que se trate de una deformación cerebral congénita. Y ello no es frecuente, sino excepcional. Se acredita sin embargo la transición de lo inmoral a lo amoral, consistente en la abrumadora frecuencia de lo primero devastando la consciencia que separa, en forma irreparable, lo bueno de lo malo. El desembarco amoral se realiza desde esa losa, trabajosamente convertida en roca. La corrupción política recorre el camino sin retorno a la práctica amoral, dependiendo de la fortaleza delictiva en un grupo de pertenencia. Lo que enfrentamos en la España actual es la profunda amoralidad de un Gobierno que no se rige por leyes de ética. Décadas de pastoreo electoral aplicado a votantes dóciles afectaron, asimismo, a la otra gran formacion; el PSOE y también a CiU, por la vía mística del nacionalismo populista. Pero lo del Gobierno del Partido Popular desborda, por su hondura y magnitud, la previa amoralidad observada en el país. Su Presidente, Mariano Rajoy, vive sus horas, cada vez más bajas, inmerso en una ciénaga amoral. Si desde que él y sus huestes obtuvieron la mayoría absoluta hicieron oídos sordos a sus promesas preelectorales y el interés ciudadano, ahora se enrocan desesperadamente para sobrevivir en medio del descrédito ya la protesta popular, aferrándose a un mandato imaginario, lastrado por serias evidencias de putrefacción partidaria.
Sólo desde la absoluta amoralidad puede obrarse así. En los periódicos y los medios abundan los artículos que detallan la perpetración de una constante y manifiesta ceguera. El empobrecimiento nacional les importa un soberano pimiento. No hacen más que trabajar para hundirnos más cada día inventado razones que no se creen ni ellos mismos
Es que la amoralidad, aparte del autoritarismo feroz que pone de manifiesto, apartándose de la razón y cualquier principio social separa la propia conducta del interés humano.
También, dicho sea de paso, es, además de ciega, sorda. Y como viene demostrando en persona el insensible y cruel señor Rajoy durante este largo y terrible un año, muda la mayoría de las veces
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