Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

lunes, 29 de febrero de 2016

UN OSCAR MÁS



Por fin le dieron un Oscar a Di Caprio. La relatividad de la estatuilla avalando el talento ocupa la mayor parte de sus galardonados. Y Leonardo no escapa al axioma. Es capaz de interpretar cualquier cosa que me interese poco. Su ductilidad para estos temas fallidos, y comerciales del montón, queda fuera de toda duda. También su genio artístico. Qué diferencia, no ya con Al Pacino, De Niro o Bob Redford, sino con Tom Hanks, Sean Penn, Ryan Gosling, o incluso el veterano Tom Cruise, cuando no maratonea y salta tejados, o escala roca pelada. 
Siendo así, por qué este cara de torta de floja gama dramática comporta astro fetiche para varios directores? Porque cuaja con sus horas bajas.Las de Escorsese, por ejemplo, y las del director que ayer se llevó otro Oscar, empleando a Michael Keaton (ese sí que vale) en "Birdman". 
Comparar el esplendor de Robert Redford interpretando a Gatsby con la del susodicho, nos aclara las diferencias de personalidad y recursos que hacen perdurable y mítico a un intérprete. 
No veré su actuación, pues tampoco he visto la mayoría de sus filmes. De los últimos, arruinó varios, he de decir. Sé que muchos no acordarán con estas definiciones. Bien, el tiempo pone en su sitio lo que la moda y sus usos agrandaron con desmesura.

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