Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

miércoles, 22 de marzo de 2017

LA FRAGILIDAD DE LA MEMORIA POPULAR


La frágil memoria popular queda probada históricamente, más allá de ciertas circunstancias favorables al abandono de la consciencia y su vasto archivo del horror. El caso alemán, con la plena gobernanza neoliberal en la UE, nos recuerda la xenofobia de Hitler y sus ansias de dominación continental y mundial, especialmente aplicadas a los países del Sur y del Este, mediante gauleiters diversos, tipo Rajoy u Hollande y sus programas obedientes para con el Directorio de la UE, sometido al Cuarto Reich. De nada vale que en Alemania se hayan proscrito a Hitler y sus símbolos. El poderío nacional restaura, sin gastos militares ostentosos, la vieja dominación del espíritu colonial, tan gravosa para los pobres y precarizados de los países menos fuertes y más endeudados con el Bundesbank y sus sucursales. No hablaré de España, un emporio de la desmemoria. Otro ejemplo de la tara, agravada hasta el paroxismo, es la presidencia de Donald Trump en los EEUU, prometiendo ganar las guerras futuras, olvidando la derrota de Viet Nam y los desastres causado en Iraq por el también republicano George Bush, gangster light en comparación con el gusano actual. Pero no sólo en los países desarrollados triunfa la desmemoria. Argentina nos brinda un claro ejemplo con la elección, muy constitucional, de Mauricio Macri, portador de herencias tan gravosas y criminales como la ponderancia de los militares que llenaron de sangre y dolor aquellos años del "Proceso" y sus treinta mil muertos, reducidos a menos de una tercera parte por la memoria personal del macrismo y su visión miserable de la Historia, correspondida por planes económicos condignos. En Brasil, los políticos corruptos del Lava Jato y las coimas de Obredecht voltearon a la presidente en funciones instalando a otro corrupto, antiguo confidente del Departamento de Estado, haciendo tabla rasa del tercerismo y las leyes sociales sancionadas en la previa y más o menos próspera etapa. Desde los ex países del COMECÒN, el fascismo más rancio sustituye al fantasma de Stalin y su Ejército Rojo de ocupación. Aquella temida tropa y sus tanques son hoy reemplazados por otra clase de ocupación, la que ejerce la desmemoria con expresa ayuda de la incultura popular y el real desconocimiento de la democracia, en materia de derechos ciudadanos y su relación con los poderes estatales. La ex URSS de Vlavimir Putin es, en tal sentido, un modelo variable del viejo despotismo asiático que tanto agrada al sátrapa de la Casa Blanca. Con Trump, Los EEUU ingresan a una demolición de los valores que Europa amagó alzar tras la Segunda Guerra Mundial, cuando los líderes mundiales proclamaban que el nazismo no volvería jamás. En sustancia, lo mismo que argentinos y brasileños coreaban más al sur y a todo pulmón, cuando los dictadores militares fueron desalojados del poder. No era para siempre en ninguna parte.Ese es nuestro drama en el planeta de hoy.

No hay comentarios: