Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

domingo, 3 de abril de 2016

LAS GRANDES MANIOBRAS


Pablo Iglesias es un líder político narcisista. Casi todos lo son. Sin embargo, su prédica social a menudo cede paso a ese colesterol maligno que es el nacisismo troncal, y las tragaderas del mismo son inmensas. 

Tal vez, tenga ello que ver con su papel de académico. Sabemos que la población académica desenvuelve cierto rol sacerdotal como eje de la enseñanza. La frecuente coquetería del mono sabio ocupa otro espacio perturbador. Sobre todo, cuando el que enseña, mucho o poco, no aprende casi nada. Antes que fijar principios, a Iglesias le obsesiona agradar a su público. De ahí que sus cambios de registro sean tan frecuentes. La clave radica en la argamasa de ese público, situado en el área juvenil de la clase media. La de los pequeño burgueses sensibles ante las desgracias de los olvidados, pero incapaces de sentir en sus carnes lo que ellos sienten ante la injusticia. Es sencillo de explicar: los origenes de clase lo impiden. Iglesias es hijo de un socialista encarcelado por el franquismo. Ello explica su obsesión con el PSOE, con quien paractica una relación de amor- odio, de ramalazos que integran sus propios vaivenes. En vez de intentar reemplazar a esa formación de derechas, acomodaticia y venal, en base a realizar una política intransigente, siendo fiel a los catorce millones de pobres y carenciados que hay en la España actual,instándolos a movilizarse contra el sistema que impone la ultraderecha, intenta "dejarse la piel en el pacto", no sin antes dinamitarlo un poco. Viene a ser este líder, lo que equivale a un amante despechado. Por esa razón, Colau y Mónica Oltra, o Manuela Carmena, guardan distancias de su ánimo revuelto. Sus cófrades más cercanos son máquinas de repetir estos vaivenes. Citaba en otro artículo el patético caso de Irene Montero, su novia oficial, que hasta le copia los gestos. Si bien la personalidad del novio es fuerte, no lo es en materia conceptual, y ahí es dónde Podemos refleja su crisis. Errejón, más a la derecha que él, es un crápula estable, recomendando que la formación "convenza al PSOE de la inconveniencia de continuar pactando con Ciudadanos". Pablo Echenique se adapta más a ese otro juego del péndulo, poniendo su imagen de minusválido como contrapeso de errores partidarios. Es inteligente, sin duda alguna, aunque no brillante, en una formación donde la cuestionable virtud académica, tan difícil de equilibrar, opaca cualquier valor. 
Creo que el impacto de Podemos en Europa y América Latina no se debe a sus dirigentes, sino al 15M y las mareas, símbolos por ellos utilizados hasta la saciedad. Hasta hoy no los revalidaron en su realpolitilk por esa distancia que suele separar el intelecto del corazón. Instancia crucial que reflejarán, de haber elecciones, los votos en blanco, de quienes hasta hoy no fueron representados. Son los olvidados y precarizados que perdieron el trabajo y la casa, almuerzan en Cáritas,y viven sumidos en la pobreza.
El PP, C´s y el PSOE intentan invisibilizarlos para siempre. De continuar mirándose el ombligo, no sólo Podemos, sino también el educado Alberto Garzón, IU, y algunos izquierdistas sueltos, prisioneros de las grandes maniobras en las cumbres,continuarán poniendo el hombro en las labores del enemigo.

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