Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

sábado, 22 de mayo de 2010

TRANSGRESIONES

La avinagrada señora Beatriz Sarlo acreditando que ha leído mucho.
Es obvio que no iba a retratarse junto a unas chauchas y zanahorias, calentando el puchero.
Hubiera sido más sincero y humilde de su parte. A menudo las lecturas frondosas no sirven de mucho. Sarlo, que tiene su público, es considerada una eminencia por gente como ella.
En su último artículo publicado en "La Nación", refiere algunas anécdotas de los transgresores Kirchner. No las pongo en cuestión, pero de ahí a oponerles conocidos transgresores de la Historia Patria media la verdad.
Sarlo defiende a Yrigoyen y lo que es mucho peor, a Juan Perón quién, mal que pese a muchos fue un dictador, especialmente sanguinario y catastrófico en su vejez (¿o es que el poder de las Tres A, Chabela y el mayordomo psicópata que nos legó brotaba de un repollo?).
No acreditándose dictador, el viejo Yrigoyen tampoco salvó algunas transgresiones. Las más sonadas -aparte del clientelismo feroz inherente a su forma exluyente de gobernar-, varias intervenciones federales a mandatarios de provincia tan libremente elegidos cómo él mismo.
A la postre, las mismas y los dislates del famoso Klan Radical pesaron en su injustificado derrocamiento. De los gobiernos dictatoriales o tramposos que sucedieron a Perón desde 1955 hasta 1973, mejor no hablar.
Frondizi fue Presidente gracias a un pacto que luego incumplió. No fue el único. El Plan Conintes debiera refrescar la memoria de la avinagrada ponente.
Arturo Illia aceptó un nimio veredicto de las urnas basado en la proscripción del peronismo. Entre sus transgresiones figura la detención ilegal de Perón el en aeropuerto del Galeao, con expresa ayuda del dictador carioca, general Castello Branco en 1964.
No abundaré en otras trasgresiones de los mencionados, y mucho menos en la de los dictadores militares; ninguno peor que el otro dada su naturaleza.
De un plumazo, esta mujer nos ofrece una disneyana mixtura de fábulas, en la que la bruja mala es Cristina Fernández, y Néstor una suerte de Capitán Garfio. Son caricaturas, dibujos que traza sin el arte de los Estudios Disney, cuando empleaba dibujantes extraordinarios y no ases del ordenador o la virtualidad.
Es que a ella, cultora de la posmodernidad- cada día más parecida en forma y fondo al abominable Juan José Sebreli-, le va esto otro, en resguardo de Macri, Bergoglio y sus nuevos ídolos. A ellos brinda la sintaxis y lo que le resta de esa materia, tan gris.
El avinagramiento de un filósofo, pensador, o analista del acontecer en cualquier orden, no es consecuencia del saber sino de su opuesto.
La biología o los malos genes cuentan, sólo si lo antes digerido se fue vomitando renglón tras renglón con los años. La descomposición espiritual no llega de golpe. Repta como un animal hambriento devorando palmo a palmo los sentimentos y la dignidad.
Hoy, tras tantas milongas conceptuales criando telarañas, la veterana Sarlo es una "arrepentida" de viejos ideales. Los fracasos sentimentales o ciertas frustracioneas recónditas, cuentan en una larga vida. No conozco la suya (ni ganas tengo), aunque a la amargura y el resentimiento le asoman en las heridas abiertas de cada renglón
Desde una superficie que tan mal disimula pústulas, se ha vuelto práctica y utilitaria; una pieza ideal para Mauricio (Macri), al que no les sirven ya los gorilas tan manifiestos, al estilo de Parentini Posse. Él, neocón de pro, rejunta valores caducados y los aglomera, dándoles lustre a los zapatos viejos de suela gastada en el camino de la vida.
No es el único en la Argentina y otros lares.
Denunciar la impostura que detalla destinándola a los enemigos de sus mecenas no le servirá de mucho a Sarlo, a tenor de los tiempos que vivimos.
A quién esto escribe y a otros sí. Para denunciar su puntual transgresión en este bando sectario del que nadie se acordará tras leerlo. Si bien concedo que cada escritor o pensador tiene la cuota de canallas que se merece.
La de Beatriz es inconmensurable.

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