Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

martes, 1 de marzo de 2016

UN CLAMOROSO FALLIDO


Óscar Lopez, un viejo aparatchick del PSOE, colaborador sine die de Pérez Rubalcaba y que hoy apoya a Sánchez, trabando en las tertulias matutinas a quienes se enfrentan al pacto euroliberal con los falangistas. 

El único argumento que destina a la Historia este patético mediocre, es: "O nosotros o Rajoy", raquítica disyuntiva que reitera esa ausencia de argumentos propios con canallería a espuertas. Los tics de López con los ojos y su actitud envarada revelan la falta de cuadros de talla en una formación dominada por la derecha de los barones y su atávica "Sultana", la esperpéntica Susana Díaz. Ellos son quienes han precipitado el fracaso de la investidura de Pedro Sánchez, este líder medroso de baja pólvora. 
El fenómeno paneuropeísta de la Europa Alemana lleva a la pasokización de la socialdemocracia, cómplice en Bruselas de Mérkel y sus planes asesinos, respaldados por Francia y Washington. El fracaso socialista del día de hoy, es el de la insensibilidad para con los que han perdido su vivienda, su trabajo, la sanidad y educación para sus hijos.Los que comen salteado y duermen en cualquier parte sin gas ni luz. También el presente y futuro en este pobre país intervenido y quebrado por deudas imposibles de pagar; hoy mismo el más desigual de Europa. La insignificancia popular del PSOE en estos momentos es merecida. Su Secretario General, debilitado ante todo por su oportunismo y cobardía política y moral, yacerá a los pies de los caballos y el asalto de las fieras en el Congreso. Tras los abrumadores votos negativos por derecha e izquierda, el presidente que no fue ni será, encontrará en un pedazo de tierra hogareña, su pequeña Isla de Elba, donde van a parar los temulentos con sus ambiciones de las rebajas.
El coste que corresponde pagar a los falangistas de Rivera en este intento fallido es menor. Impusieron a sus socios temporarios el 80% de su programa y desde mañana retornarán a un pacto con el PP, que en realidad, no abandonaron jamás del todo. Les une el credo neoliberal y el odio a clases populares, a las que se debe explotar a fondo mientras manden en Europa. Ellos cumplieron el rol que Rosencratz y Guildernstern en Hamlet. El destino les aguarda el mismo final, aunque su función de alcahuetes de la extrema derecha les permita una modesta supervivencia, a tenor de la crisis brutal del PP y su tremenda corrupción.

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