Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

martes, 22 de marzo de 2016

LA EUROPA NEFASTA

Cuántos refugiados mueren en los mares y océanos intentando huir del hambre y el terror? Esas cifras, bastante abultadas, no preocupan a los Rajoy, Merkel, Renzi, Hollande, Cameron y cía. Son muertes de clase B, casi igualadas con los griegos y españoles que enferman y mueren por falta de atención sanitaria, o quizá los ancianos estafados por las preferentes, aquellos que arrastra la policía desde sus viviendas, confiscadas por impago hipotecario, o los que no tienen trabajo ni subvención alguna y comen dónde pueden. De esas cosas también se muere. Pero resulta que la clase política española, casi al completo y en supuesta representación de los ciudadanos, pone el grito en el cielo por las víctimas de París o Bruselas. Crueles, brutales y condenables sus asesinos, por cierto, pero no menos dolorosas que las otras. Aquellas a las que no se presta atención. Tanta selectividad esconde la voluntad criminal, de aquellos que no ponen bombas ni ametrallan europeos, pero machacan a parte de ellos, por elusión o intención. Mientras los refugiados, familias enteras hacinadas en campos de concentración, ven desestimada su legítima aspiración a la vida y el progreso. Para los más de dos millones y medio que abandonaron España tampoco la vida es fácil en esta nefasta Unión Europea, ni en otros destinos. Dejar tu tierra tiene un coste vital y emocional que se paga toda la vida.Viajero forzoso en tres ocasiones, lo sé bien.

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