Llegará el instante soñado para quienes no han descartado que el PSOE continúe siendo de izquierdas?
Mañana lo desvelará Pablo Iglesias tras su poco romántico encuentro con
Pedro Sánchez. Si los números no engañan, el pacto de socialistas y
ofidios de la falange, se basa en un 80 % del programa económico de
estos últimos. De suprimir la devastadora Reforma Laboral y una
infumable Ley mordaza, nada. La enemistad con las autonomías que
"quieran romper España" en este país plurinacional, sigue flameando como
enseña españolista del acuerdo. Sánchez podrá ofrecer las
vicepresidencias que quiera a Podemos, pero lo que cuenta es la
imutabilidad programática del tartamudo Garicano y el IBex 35, adoptado
por los socialistas como biblia del acuerdo infame. De avenirse Iglesias
a estos sucios tratos de sillones y otros sobornos, se produciría un
nuevo vaivén en la línea conciliadora que le conocimos tiempo atrás,
aunque no tan atrás. La reaparición del pequeño gremlin Errejón me
despierta ciertas sospechas. Siguiendo la peor estrategia ideada por
criaturas como él, respaldar a un gobierno previsiblemente débil de
Sánchez, debilitaría a la derecha, a cambio, naturalmente, del giro
derechista de la formación morada, volviendo al "Juego de Tronos", "las
Navidades, con los villancicos que te hacen tilín", y un obsequioso
respeto por la monarquía que no precisa entrecomillado.
Seamos
realistas, más aceite dá una piedra que el cerebro de Pedro Sánchez y
sus adláteres. El de iglesias y los suyos funciona comparativamente
mejor, aunque colisiona a menudo con la egolatría, reafirmada en estos
últimos meses desde su propia vida personal. El aupamiento de un mero
altavoz en los medios como Irene Montero, quien menciona machaconamente
lo de los "Ciudadanos y ciudadanas", copiando a su amado líder y
compañero sentimental hasta en las inflexiones de voz, lo demuestran,
retrotayéndome a las relaciones entre Perón y Evita en los primeros dias
del peronismo. Para desgracia de la Historia,la última, otro talento,
del que carecen Irene, y su imitativa obediencia al líder.
Claro
que, entre el argentino e Iglesias, o la Montero y Evita, median océanos
de talento, pasión, país y circunstancia histórica de una nación rica
en la posguerra del primer peronismo, en oposición a esta España
arruinada y decadente.
Me preocupa de Iglesias y la gente de
Podemos la estrategia discrecional y "posibilista", de por sí concesiva
con las coyunturas políticas. Es la que llevó a Syriza, Tsripras y el
oportunismo estructural, a hincar las rodillas frente a la UE, a costa
del pueblo griego y sus franjas más castigadas por la crisis..
Igual de poco promisorias son ciertas alianzas, como la realizada con
Manuela Carmena en Madrid, que juzga "bonita" cualquier alianza entre la
izquierda y la derecha, o la salida por peteneras del tránsfuga Jiménez
Villarejo. Ada Colau tiene sus propios problemas. Quizá, el mayor
acierto en la táctica de la formación morada, de múltiples voces, sea el
lazo que les permita demandar un "Pacto a la Valenciana" como el
realizado por Mónica Oltra y su gente con Ximo Puig, que no parece
extrapolable dadas las ruinosas circuntancias globales del PSOE.
Por ello, si Iglesias cede ante Sánchez y C´s, será protagonista de una
historia lúgubre. De no ser así abordará otra: la de nuevas elecciones.
Parece la más plausible de cara al futuro. Si la sensatez controla la
egolatría y ansia de poder de este político inteligente, dejará que el
Cheek to cheek lo sigan bailando El PSOE y C´s. Es la charanga de gala
preliminar del Gran Pacto a Tres con el infumable PP de Rajoy, grato a
esta UE miserable y los poderes locales, aún con poder de fuego
mediático considerable.
Sin embargo,el valor político de cualquier
formación se prueba resistiendo hasta vencer, edificando un Frente unido
y principista de la izquierda con un programa republicano avanzado. Una
enseñanza histórica que Syriza no aprendió y que la izquierda local
tampoco deberá imitar a ningún precio.
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