Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

sábado, 18 de mayo de 2013

LOS ERRORES DE APRECIACIÓN


Hay argentinos residentes aquí, me refiero a algunos intelectuales y escritores, que sostienen la responsabilidad de buena parte de los ciudadanos de entonces, como valedores subsidiarios de la dictadura que tuvo en Videla uno de sus tiranos colegiados, entre 1976/82. 

Sería lo mismo que culpar a todos los votantes de Rajoy, por la existencia de este Gobierno parafascista en España. 
Los males de una tiranía o gobiernos defectuosos, se explican, a menudo, por los acontecimientos que a ellos condujeron. El desastre económico, político y social de Isabel Perón en el poder, fue parte del fracaso peronista, y el de Perón mismo en su breve presidencia del tercer turno. A ello se sumaban las guerrillas terroristas de Montoneros y el ERP, lideradas por gente sin escrúpulos como Firmenich, o perturbados al estilo de Santucho. 
Muchos argentinos desearon que las Fuerzas Armadas terminasen con aquél estado de cosas. No integré el sector, desde luego. Pero entiendo a una parte de quienes la deseaban. Ellos no pudieron imaginar lo que se les venía encima en materia económica, social y política. 
En aquellos días, los partidos políticos y los sindicatos peronistas carecían de programas avanzados y líderes con prestigio. El sólo hecho de haber añorado a un anciano protagonista de tiempos algo más felices, integraba un cuadro paralelo. 
En la Argentina de los iniciales ´70, muchos jóvenes deseaban un país más justo; aunque sin encabezar soluciones equilibradas y renovadoras. El grueso confió en Perón y los Montoneros, o ambas cosas a la vez. Pero ni el viejo líder podía volver al pasado, ni los jóvenes podían conquistar a la clase media nacional -indispensable para consolidar una nación próspera-, con fórmulas socializantes. De ello, a sindicar la brutal dictadura militar posterior como fruto de la voluntad mayoritaria de sus ciudadanos, me parece un disparate tan grande, como hacerlo con los votantes del PP en las últimas elecciones españolas. 
Muchos se estarán arrepintiendo tanto de haberlo hecho (y así lo indican las encuestas), como los que en el gran país austral desearon el derrocamiento de la viuda de Perón a manos de los militares de entonces. 
Es probable que en forma inmediata, la mayoría hayan resistido asumir las realidades criminales de aquella voluntad, manifiesta en la insensata invasión de las Islas Malvinas y la masacre británica de soldados conscriptos, comandados por cobardes represores. Sin embargo terminaron haciéndolo, en un largo camino que empezó tras la hora cero del golpe de Estado; factor que luego abrió otro de signo opuesto, encabezado tempranamente por las heroicas Madres de Plaza de Mayo, hacia la democracia en la Argentina.
En España, el voto masivo al corrupto Partido de Rajoy & compañía fue un legado de la política capitulante del PSOE, estimulado sin duda , por las falsas promesas del PP. 
El Ejército argentino de 1976 prometió acabar con los males del país, y no paró de ahondarlos, derramando sangre, miseria y dolor al cuerpo social. 
Los ciudadanos más lúcidos y muchos trabajadores no les creyeron. Tampoco aquí al señor Rajoy, en otra cincunstancia de curso legal, aunque manifiestamente inmoral y, por ende antidemocrática en su trasfondo.
De ahí, a escarnecer globalmente a los argentinos de 1976 y los españoles del 2012, media un trecho enorme. A menudo nos equivocamos. La naturaleza humana está sujeta al error constante; aunque también a las leyes de la experiencia y la superación. La misma, pasa muy a menudo por negar enfáticamente lo que antes se apreciaba. Pero ello no debe sorprendernos, y mucho menos indignarnos. Aunque desde la cultura y la reflexión obremos providenciando otra actitud, antes, durante y después de las catástrofes.
 No es por ello casual, el que hoy día la República Argentina sea la tierra dónde la Memoria Histórica se aplica en el esclarecimiento de los crímenes de lesa humanidad de la pasada dictadura, juzgando a los asesinos de 30.000 personas y secuestradores de bebés, arrancados a las embarazadas presas, y asesinadas en la mayoría de los casos, revela la hondura del cambio de rumbo, y la consolidación plena de la cultura que garantiza los Derechos humanos.

No hay comentarios: