Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

jueves, 19 de junio de 2008

RISTO, EL VILLANO. LLACER, MATER AMANTÍSIMA

En un previo post definí a Operación Triunfo como la degradación de un espectáculo. Sin embargo, durante las dos últimas entregas verifiqué el retroceso objetivo de Mejide en la consideración de los restantes miembros del jurado, el director de la Academia, sus profesores y el propio presentador, Jesús Vázquez.

También la creciente rebelión de los concursantes, hecha voz durante las galas.

En previa función, Mejide había mencionado a sus dos soportes en la productora Gestmusic. Se refería Toni Cruz y Josep María Mainat; virtuales dueños del cotarro.

Sobre todo a Mainat -con la quiesencia de Cruz- se debe la incursión de otros malvados por el estilo en los programas de la productora (entre ellos destacó Kiko Hernández). En otras épocas él mismo se travestía intentando hacernos reír, sin conseguirlo. Quizá en mi caso el suspendido corresponda al escalofrío que me causó siendo niño un malvado que se travestía en La Condesa Belladonna a lo largo de su guerra permanente contra un viejo superhéroe (El Escarabajo Azul).

Se me dirá que por ejemplo Jack Lemmon y Tony Curtis estaban fantásticos en Con faldas y a lo loco. Cierto, pero el señor Mainat con faldas no encaja en el álbum de a lo loco. La neurosis manifiesta en la crispación suele corroer las mejores ansias...
Más feliz y estimulante fue su participación en La Trinca; de lejos uno de los mejores y más originales conjuntos musicales en clave de humor que se hayan montado jamás. En comparación -y lo digo en serio- los pretenciosos Luthiers criollos empalidecen.

El mensaje de nuestros musicantes, basado en la enorme calidad de sus números, la mordacidad crítica, estrepitosamente jocosa y libertaria de sus mensajes, constituye un capítulo de la música popular del siglo XX, a reivindicar.

Por desgracia La Trinca se disolvió for ever; aunque por suerte nos queden sus memorables grabaciones.

Puestos a producir trovadores y montar shows, dos de sus antíguos integrantes han creado una discográfica y productora multimedia, con fuerte posicionamiento en la TV.

Operación Triunfo fue otro acierto de calidad, en sintonía con las glorias de antaño. La idea de promover la excelencia vocal de jóvenes aficionados dotados para el canto y la escena mediante una academia intergada por profesionales e instructores funcionó bajo el formato de concurso, desarrollado en forma intensiva al ser juzgado por especialistas y público, definiendo finalistas y un ganador.
El declive de su formato clásico de Academia parecía inevitable a tenor de las sucesivas entregas que siguieron al de la primera edición; aquella que promovió la fama de cantantes como Rosa López, David Bisbal, David Bustamante y Manu Tenorio.

Pocos más se lucieron después. A la mayoría casi nadie los recuerda.

En esta Octava Edición se reiteró la presencia de Risto Mejide en el jurado. Ya en la Séptima advertimos su presencia incordiante, cimentada por comentarios ofensivos y de pésimo gusto.
La novedad de embastar un presuntuoso mamaracho en el jurado, transformando las nominaciones en un campo de tiro al blanco modificó las reglas del juego. En realidad OT pasó a constituirse ante la sorpresa generalizada, en virtual docudrama que impactó a la audiencia. Los roces de Santander con Mejide -que a más de vejar a los concursantes ninguneaba a los profesores y la Academia- continuaron su escalada indetenible.

El ascenso del rating en el alicaído espacio se había dejado sentir, reiterándose en la actual entrega.

A Santander y su equipo les habían reemplazado Ángel Llacer (partícipe fundacional de OT) y el suyo. En las dos últimas galas quedó claro el posicionamiento del segundo contra los desbarres y las ofensas del predador. Tanto que, harto de sus arbitrariedades le invitó a que abandonara el programa.

Está claro que ante el riesgo de lesionar para siempre la credibilidad del concurso, el jurado y la Academia, Mainat y Cruz le han dado vía libre, y Llacer ataca la linea de flotación de un sombrío sujeto que, en su afán de flagelar la verdad sostuvo que el mejor concursante de todas las galas de OT hasta hoy (me refiero al extraordinario Chipper), "le aburría". Por lo tanto es falso (como sostuvo uno de los jurados) que el gañán sea un virus que únicamante afecta a los talentos insuficientes.
La voracidad destructora de Mejide no conoce obstáculos. Su mal rollo sine die, sobrado de incoherencias y desbarres afecta el equilibrio emocional de la plantilla concursante, sumiéndoles en la angustia y la inseguridad. Y Llacer, que más que padre vendría a ser una madre para sus cachorros, brilla desde el martes último bajo otra faz.

Ya no es el complemento divertido de un espectáculo en descomposición. Desde la gala pinta como una mater amantíssima rebelde y justiciera.

Representa el eterno combate del bien contra el mal; para mí, el equivalente imaginario del Escarabajo Azul contra la Condesa Belladonna; para otros Batman o Gatubela contra el Joker, o bien Alberto Ruíz Gallardón contra Jiménez Losantos.

Los instantáneos ecos de esta batalla han llevado a que anteayer por la noche Telecinco consiguiera superar en la emisión los cuatro millones de espectadores.

Pierde el racista, xenófobo y homófobo Mejide (lo acredita todo, pese a su demagogia negando poseer estas repugnantes cualidades, a propósito de Chipper, a la vez que glorifica en falso la tolerancia del pueblo español), lo vuelvan o no a contratar para el numerito esperpéntico, propio de un sádico compulsivo o lo que quiera Gestmusic.

Y creo que lo que, a pesar de su mercantilización evidente desean estos dos viejos trinqueros, es que al fin, el amago de esperpento descalificando el esfuerzo de profesores, alumnos y el resto del jurado (centralmente el de la notable Cocó; seria, didáctica y especialmente luminosa en sus estimaciones) sea vencido por la música y los que a ella se entregan. Esa es la base del programa y también la del negocio.

A la música, los ex juglares catalanes que hoy promueven cantantes a través de un extraordinario y productivo hallazgo, le brindaron en el pasado lo mejor y más sincero de sus vidas.

El dinero y el poder que tallan en el presente docudrama de OT y su pugna de voluntades, determinan otra cosa...





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