La unión objetiva de la gran burguesía en torno al PP, C´s y el PSOE en torno a un programa conservador, terminó dando alas a la unión de la izquierda española a través de Podemos e IU. El envite de Iglesias a sumar socialistas, calificando a Sánchez como prisionero de la derecha en su formación, llamándole a sumarse a los resultados de la izquierda es poco importante. En realidad, invita a los socialistas de izquierda que aún permanecen fieles al partido, sus ruinosos barones y la sultana de mercadillo, a abandonar sus filas. Es de destacar que el corrompido Felipe González ha auxiliado esta emergencia con sus bárbaros y disparatados ataques a Podemos, reiterados con insistencia, junto a otros graznidos, desde las filas del PP y Ciudadanos. La torpe administración del propio terror ha sido capital en este mutuo refuerzo electoral de dos formaciones en alza. Están reflejando la precariedad económica en que vive la mitad del país, y contra eso, de poco vale la propaganda de pago. Escándalos como los del Soriete, Aquamed, Panamá, Cañete & Family, dejan una vez más al descubierto el contraste entre ciudadanos pobres y los ricos logreros. Mienten el CIS y Metroscopia sus pesquisas preelectorales, posibilitando pese a las mismas, que de una a otra elección medie un salto cualitativo en la consciencia popular, cuya conclusión presupone la unión de las fuerzas sociales y políticas necesarias para frenar los planes de la extrema derecha. El miedo de unos y la capacidad de decisión de los otros han conquistado ahora un saludable espacio de confrontación. Una vez que se produzca el 26J,los votos probarán que nada será como antes.
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