Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

lunes, 24 de marzo de 2014

LOS CONTENIDOS DE LA CULTURA


Cada país registra su peculiaridad cultural. España es, desde este punto de vista un país privilegiado en el que coexisten cinco lenguas oficiales, de ellas cuatro autonómicas, sujetas a ciertos códigos territoriales (por ejemplo el mallorquín). La riqueza enorme que se deriva de esta multiculturalidad de matices propios se ve reducida por la pobreza de sus contenidos culturales. El baremo de las doscientas palabras de uso cotidiano es proporcional a los mismos. En España se lee poco y generalmente mal. Los fenómenos audiovisuales reflejan esta tara, de carácter histórico y consecuencias catastróficas para el presente y el futuro del país. Twitter, Facebook y sucedáneos manifiestan palpablemente este estado de postración cultural. Los años republicanos intentaron revertir esta mala tradición. La derrota a manos del franquismo la llevó a extremos de degradación insostenibles. La elevadísima tasa de paro registra esa carencia fatal. La cultura, bien extendida, y entendida como una riqueza que afirma el presente y asegura el futuro, desarrolla la economía. Empresarios y asalariados se valen de valores culturales para progresar en sus emprendimientos. Con buenos contenidos, la gente se comunica más y mejor. Y para ello la riqueza del lenguaje empleado favorecerá quebrar ese aislamiento que provocan la ignorancia o la escasa ilustración.
Durante la larga noche dictatorial reinaba el silencio en los hogares españoles. Cultivarse, estimulando la inteligencia emocional, era peligroso para el régimen imperante. Lo que hacen los regímenes totalitarios ni bien ocupan el poder, es debilitar precisamente la cultura, vigilando rigurosamente a maestros, profesores y alumnos. Un pueblo inculto es más dócil y manipulable. También peor pago. La España posfranquista mantuvo coordenadas culturales basadas en la desmemoria histórica, lesionando cruelmente la capacidad autocrítica en la esfera educativa. La misma comporta un factor vital dinamizando la inteligencia en el flanco cognitivo, y su capacidad de asimilación global.

La nueva oligarquía de los políticos de lista cerrada y dotados de privilegios financieros notables, se formó al calor de esa nueva cultura fraguada sobre la del franquismo. De ella surgió el voto puntual y aborregado, servidor de un desarrollo sin riqueza intelectual. 
El gobierno actual se dá el lujo, mayoritario en las cámaras, de ejercer una dictadura parlamentaria de estafa y saqueo permanente, gracias a la deriva causada por un voto masivo de mal fario. Por dicha razón, una de las medidas estrella de Rajoy y sus genocidas fue mediatizar aún más la cultura, arrimando la enseñanza pública al colapso presupuestario, junto a la inyección del veneno confesional, la jibarización de las lenguas comunitarias y el desguace de cualquier programa o apartado que oliese a humanidades. 
Lo mismo sucede en Grecia y Portugal. El sur europeo padece un retroceso brutal, propio de una time machine global articulada como pesadilla, que nos retrotrae a los peores instantes del siglo XX.
La enorme manifestación reciente va encaminada en la buena dirección. Rescatar el concepto de equidad social es un avance cultural en sí mismo. Además, la idea republicana planea como una realidad en el próximo futuro español. Sus múltiples banderas ondeando entre los manifestantes de toda edad refrendan la actualización de viejos esfuerzos, más necesarios de actualizar que nunca.

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