Finalmente la presidenta argentina sostiene la tesis de crimen. No lo ordenaron ella ni los suyos. Prueba de ello es que ordenó desclasificar los archivos del caso. Éste es un regalo envenenado para cualquier gobierno democrático. Pese a lo que sostienen los conspiradores, agoreros de la derecha y asociados, este lo es. Que no sea perfecto es un hecho reconocido. Pero esa razón no cambia su naturaleza. Nisman fue víctima de su paranoia, de quienes se valieron de ella potenciando su ego delirante, y al fin lo asesinaron. Una suerte de suicidio inducido por gente vinculada a tramas políticas y servicios secretos. Resulta imposible despegar los ataques buitre de este otro. Del mismo se valen los medios, en su mayoría controlados por reconocidos delincuentes, como Magnetto, los Mitre y otros aventureros de la política, pescando siempre en rio revuelto..
No hay comentarios:
Publicar un comentario