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viernes, 25 de diciembre de 2009

SPANISH MOVIES: UN REPRESENTANTE DE LA QUIEBRA EMPRESARIAL.



Los trabajadores de Air Comet a quienes su dueño adeuda seis meses de salario, en plena protesta. Tras la imagen proyectada sobre su discurso de ocasión, Gerardo Díaz Ferrán pisándose el morro.
Se supone que, en medio de la tremebunda crisis económica que nos asola el empresariado español, concentrado en la CEOE, debiera acreditar un representante menos ruinoso. Pues no. El señor Díaz Ferrán, acosado por un juzgado británico por deudas impagas y absoluta falta de liquidez, ante otras que superan los 100 millones de euros (contando los meses de salario apuntados y varias cuotas a la Seguridad Social), canceló abruptamente los vuelos de su aerolínea, asociada a Viajes Marsans, dejando en la estacada a cientos de pasajeros (la mayoría visitantes) en vísperas de Nochebuena; asistidos paulatinamente en la emergencia por la Cartera de Fomento, en combinación con vuelos de Air Europa.
Hay que vivir la irritación y angustia que provocan los parones en los aeropuertos, sobre todo cuando la aglomeración es grande. La impotencia de los que aguardan echados en el piso, muchos de ellos con criaturas que no paran de llorar deviene bola de nieve que va creciendo según pasan las horas, sin que novedad alguna despierte la esperanza de subirse a un avión.
Visto el panorama, pongo el foco en conglomerados que merecen menos consideración.

En insólita pirueta, los empresarios presentan a su desaprensivo Presidente como una víctima más de la crisis que "el Gobierno no atina a resolver". La falsedad de esta impostura -no criticada por el PP- radica en la existencia de empresas insolventes y en capitostes menos sospechosos de incompetencia de lo que cabría.
Alguien que admitió "no volar jamás en sus propios aviones" (hoy embargados preventivamente) no representa más que a los irresponsables que precipitaron esta debacle que venimos padeciendo a escala mundial.

En la perspectiva de afrontarla en España, es preciso que los interlocutores (Gobierno, sindicatos y empresarios) sean dignos de un cierto respeto y fiabilidad, que únicamente pueden acreditar la ética y los buenos números, de cara a la negociación y los pactos que de ella surjan.
Ningún requisito se cumple en el órgano empresarial.

Es cómo si al frente de los sindicatos no contáramos con Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo y fuesen los Hugo Moyano australes quienes cortasen el bacalao. O que José Luís Rodríguez Zapatero, e incluso Mariano Rajoy -si tocara en una de ésas-, hubiesen quintuplicado de la noche a la mañana (no hablo ya de millones) sus modestos bienes.

Por fortuna y mal que bien la corrupción vernácula, lo quieran o no las huestes de la derecha, empieza a estar bajo control. No en cambio la sorprendente arrogancia de la CEOE; quizá inspirada en "Uno de los nuestros", la célebre cinta de Scorsese sobre las relaciones mafiosas.

El drama de Air Comet se saldará con el remate, amenazando a Viajes Marsans y su plantilla. Los colegas y amiguetes políticos de Díaz Ferrán se lo ven venir e intentan ponerle el hombro, cerrando filas en su torno. No sea cosa que de pronto proliferen nuevas "liebres saltarinas".

Pese a quién pese, caerá quien caiga.

La economía es una ciencia implacable aunque sus diversas corrientes, prácticas y teóricas, experimenten con ella ejecutando la Ley del beneficio con mayor o menor fortuna. La iniciativa privada, además de ser estrictamente necesaria y globalmente favorable al progreso en casi todos los campos, no funciona de otra manera.

Sin embargo, quienes padecen a fondo las torpezas y desaprensiones de los experimentos empresariales cuando los mismos revelan fragilidad -y no son vigilados con celo por los correspondientes ministerios-, son sus trabajadores.

La pregunta es: ¿Se fiscalizaron con celo los números de Air Comet y su "Despega cómo puedas"?

El temor oficial de que Viajes Marsans cayese en la rodada planea sobre la estimación de muchos analistas. El pleito de la compañía con el Estado argentino, en la que una fuerte deuda ( de casi 1.000 millones de dólares) y números rojísimos, señalan clara incompetencia y trazas de fraude de las que el Gobierno español, en sintonía con sus intereses no se dio por enterado, precipitando el descuido.

Ahora, lo asuman o no la CEOE y su Presidente, deberá enfrentarse la cruda realidad. Dentro del cuadro que presenta la quiebra retardada de la compañía aérea se asoma la punta de un ovillo poco grato para la economía y las demoledoras cifras de paro. Las mayores de la Comunidad Europea. Aquellas que nos acercan más y más al tan despreciado Tercer Mundo.
La guinda del postre de nuestra Spanish Movie...

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