Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

jueves, 10 de diciembre de 2009

DERIVAS Y TRAGEDIAS.




Pablo Castellano y Javier Nart, derivas paulatinas.



Hermann Tertsch; la más trágica.


El referente de la deriva del citado terceto es "Intereconomía" y sus urdiembres mediáticas: su cadena televisiva (circa, el espacio "El gato al agua") y el diario "Gaceta".

Grupo más sólido y organizado que "Libertad Digital", lo complementa empleando opinadores "arrepentidos". Las tres instantáneas reflejan recientes adquisiciones del ideario lepenista desarrollado por la derecha española. La más patética es la de Pablo Castellano, envejecido teórico y ex diputado, con posiciones independientes del aparato patidario durante la controvertida era de Felipe González. El abogado y periodista Javier Nart acaba de promediar su deriva integrando paneles de opinión y escribiendo artículos para "Gaceta". Las colaboraciones de Nart en tertulias radiales dio un toque progresista a las mismas. Además de ello, ha intervenido defendiendo judicialmente la libertad de expresión, solidarizándose con pueblos del Tercer Mundo.

Ambos son hoy referentes obligados en el supuesto ejercicio "pluralista" del grupo; cuya dirección periodística ejerce Carlos Dávila, el creador del espacio tertuliano "La Espuela"; también riguroso para con los gobiernos del PSOE. Asimismo dirige el semanario "Época", transformado en obsequio dominical de "Gaceta".

Cerrando las menciones de Castellano y Nart, es evidente el abandono del ideario socialista por el primero y el retroceso del segundo hacia cuestiones de procedimiento en los asuntos públicos. Extremadamente críticos con Rodríguez Zapatero, no observan alternativas políticas o criticas que favorezcan otras soluciones que las insinuadas por Rosa Díez o el Partido Popular.

El referente de Tertsch es el más impresionante de todos, al comportar la debacle absoluta, del otrora enjundioso analista y escritor. Su trayectoria en el diario "El País" fue una de las más brillantes, reseñando paso a paso la tragedia bélica y fratricida de los Balcanes. Los años de este periodista en el periódico y sus libros, realizados mientras documentaba la brutal contienda en el teatro de operaciones, elevó el canon periodistico español a nivel europeo.

Por desgracia, las crisis personales hacen mella con demasiada frecuencia en los hombres brillantes. No conozco a fondo la vida de Terstch ni tampoco las de Nart o Castellano; aunque sean evidentes sus respectivas derivas hacia posturas que contradicen las previas trayectorias.

En los últimos años la derecha española consiguió sumar cuadros de opinantes y políticos de izquierda al proyecto teórico. Federico Jiménez Losantos, Alberto Recarte o César Vidal fueron pioneros del sector; consolidado hoy mediante "Libertad Digital", pese al cese de sus capitostes en los espacios de la Cadena Cope. Desde la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre es hada madrina en las actividades del grupo, aliado a las posiciones del ex Presidente Aznar.

En aguas vecinas navegan el diario "El Mundo" y su voraz creador, Pedro J. Ramírez (crítico con la acual dirección del Partido Popular), "La Razón", dirigido por el temulento Francisco Marhuenda bajo financiación del grupo "Planeta" (promotor desde la mano izquierda de "El Periódico de Catalunya"), y el tradicional "ABC", a medio camino entre las posiciones de Aznar (y su Fundación, la "FAES") y las de un Mariano Rajoy que conforma a muy pocos al frente del PP.

El caso es que Hermann Tertsch, al frente del noticiero nocturno de "Telemadrid" (en manos de Aguirre) no ha restañado las llagas que le dejó la expulsión tiempo atrás de "El País", cuando aún vivía Jesús de Polanco. Su deriva hacia posiciones de la derecha dura fueron combinadas en los últimos tiempos por una manifiesta irritabilidad de vena histérica, entreverada con alguna copa de más, visible en pantalla.
La citada expulsión tampoco era casual. Si se analizan las póstumas columnas del cronista en el matutino se advierten las raíces del mal que hoy lo aqueja: el de la intemperancia contumaz y la postura desafiante. ¿Tal vez una dramática secuela no advertida de su larga estancia en un escenario pródigo en masacres? Es seguro. No cualquiera sale indemne tras una experiencia vivida en los bordes mismos de la sangre y la muerte de cientos de miles de seres humanos.

Relegado a un pequeño espacio en el "ABC", llegaron en su auxilio Dávila, "Gaceta", "Intereconomía" y, desde luego, la tele de la tentacular Aguirre. Desde su espacio nocturno brotó las noches pasadas su más grande exabrupto. En "Youtube" canta claro el documento, propugnando sentenciosamente la muerte de los que secuestraron a los tres cooperantes catalanes en Mauritania; así fueran diez, con tal de rescatarlos sanos y salvos.

Un periodista no puede exaltar la violencia bajo pretexto alguno, y él, lejos de la legendaria finura del estilo que le transformara en un referente periodístico, lo hizo. Inmediatamente el Gran Wyoming procedió a satirizarlo salvajemente desde "La Sexta", una cadena de TV pro gubernamental conectada al diario "Público" (también Youtube registra el desatino).
Horas después el exacerbado Tertsch debió ser hospitalizado con cuatro costillas rotas y un pulmón perforado. La causa aparente fué un patadón en los dorsales a la salida de un bar gay de copas en la zona madrileña de Chueca, sin que el damnificado presentase una denuncia policial, alegando "no recordar lo sucedido".

Al día siguente "Libertad Digital " salió al cruce del incidente achacándolo a patoteros de izquierda, a raíz de lo vertido por el presentador y comentarista en su espacio nocturno, bajo el aliento rastrero de Wyoming y "La Sexta".

El encargado de lanzar la primer salva de infundios sobre la izquierda política y mediática resultó un viejo conocido mío: Horacio Vázquez Rial, casualmente expulsado por Tertsch...de "El País" década y media antes.

Ahora, a pesar de la calidad intelectual de uno y los rudimentos oportunistas del otro, destinándole su "admiración", parece unirlos una causa común...

Utilizando el viejo símbolo de los nazis reprimiendo judíos y opositores, el cuatrero que intentó birlarme "Perón" y suele apologizar personajes canallescos, o masacres como la de la Franja de Gaza, carga contra los pájaros de su viejo nido. De los que han derivado hacia posiciones de extrema derecha es probablemente el más abyecto, en concordancia con el belicoso título de su quintacolumna en "Libertad Digital" ("Las guerras de toda la vida").

En cambio, otros medios del sector han sido más cautos. Sin descartar que la macabra deposición de Tertsch y la sangrienta maquinación impostadora de Wyoming haya jugado un desgraciado papel en las costillas y el pulmón de un viandante, cuenta su previa irascibilidad como característica de los últimos tiempos. Que a posteriori no recuerde nada y tampoco haya denunciado el hecho sugiere una copiosa ingestión de alcohol. Al menos coincide con lo que muchos observadores estimaron en sus recientes presentaciones, y también con sus resultados prácticos. El ámbito nocturno gay, mediando bebidas espirituosas resulta secundario, aunque no exento de las grescas o desencuentros que suelen acontecer en las tabernas heterosexuales. El ex corresponsal de guerra parecía predispuesto a enredarse en una.

El arrepentimiento de antiguos izquierdistas pasa por no haber reelaborado equilibradamente dos factores del pasado. Me refiero al histórico y el propio. Víctimas del escepticismo, descreen la posibilidad de mitigar la desigualdad humana en el planeta. Se resisten a profundizar en sí mismos y la realidad fuera de los intereses personales. No me refiero a "los guarros de toda la vida"; aquellos que se camuflaban en las verdades de entonces para seguir mintiendo. Castellano, Nart y Tertsch no se contaban entre los últimos. Sin embargo, les falló el equilibrio entre el yo y la estructura social. La consecuencia es su presente abducción, paulatina o tajante, por la derecha lepenista y sus colaterales.

Insisto en la caracterización de un sector que sitúa de hecho a Ángela Merkel, Nicolás Sarkozy, y sobre todo a Barack Hussein Obama, en una suerte de izquierda keynesiana (¡!), concordante con el errático socialismo que hoy gobierna España.
Extrapolando hasta dónde es posible una deriva política, estimo que Hermann Tertsch precisa ayuda superior al estropicio dorsal y pulmonar. El de psicólogos que le permitan superar este otro pozo negro y rebosante de fobias en su presente.
A menudo la pasión por un oficio devora al protagonista sin que el entorno lo advierta. La noticia fresca es un negocio absorbente y despiadado. Por ello el periodismo sigue siendo una profesión peligrosa. Ahora, la especial coyuntura del valeroso corresponsal de guerra remitido a interiores, destila patología más allá de cualquier otra consideración.
Vuelvo a la política lisa y llana cerrando el post.

Argüirán Castellano y Nart que son almas liberales y que poco importa dónde y cómo hagan oir sus voces. No es lo mismo, convengamos, ser furgón de cola en un espacio lepenista, que opinar sin la vecindad de sus escualos. Y menos cuando son mayoría y campan a sus anchas por un acuario que tiene dueño...














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