Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

lunes, 4 de febrero de 2008

ALMA LIBRE

Remarcaré algo sobre "El Tomate".
Era telebasura, pero de qualité. La diferencia con otros productos del apartado ("Tómbola" es el más recordado) fue considerable.
Mórbido, sensacionalista y dinámico, su magnetismo será copiado durante años.
Como todos las muestras del género, daba juego a gente insignificante o ridícula.
Los llamados famosos son poco más que eso.
A su favor, cuenta el que una vasta legión de tramposos y vividores, carne del lumpenaje mediático, quedasen con el culo al aire de lunes a viernes, entre las 15,30 y las 17 hs.
Semejante registro de miserias alcanzó a intérpretes de fama acreditada, vasta fauna de políticos, escritores, banqueros, o cualquier bicho viviente con algo gordo que ocultar.
A menudo eran los pecados y pecadillos meros follones de alcoba, carácter, o floja moral, envueltos en un esperpento corregido y aumentado por el programa. El toque justiciero de los ajusticiamientos era accesorio, y casi siempre gratuito.
Siendo diferente mi enfoque del mundo y las personas, no le extrañaré demasiado.
Sin embargo, el sábado 2 en "La Noria", el alma mater del odiado y amado "Tomate" se despidió de los espectadores, sincerándose con algo que nadie se tomó la molestia de comentar.
Es lo que humanamente supera en valor los cinco largos años de su anterior presencia en pantalla, y los previos de una larga carrera en la mal llamada crónica del corazón.
"Ni en el pico de mayor audiencia del Tomate, era yo un tipo feliz. En ese instante empecé a descubrir que lo más importante era vivir, y sobre todo amar".
Más o menos dijo eso, con gran naturalidad. Aclarándo de paso estar enamorado por primera vez en su vida, y que, experimentando en el presente la felicidad, no lamentaba en absoluto la cancelación del programa.
En realidad confesaba estar en paz consigo mismo, deseando la paz con su prójimo.
A más de establecer la exacta simetría del equilibrio emocional y su estimable validación en sociedad, era una autocrítica sincera que no debe ser pasada por alto, por lo que significa como testimonio de lo poco que vale triunfar sin que a uno le quieran de verdad.
Ahora Jorge Javier, que es un hombre joven (aunque no haya límite de edad para enderezar el rumbo), piensa dedicarse a la publicidad y disfrutar de la vida.
Quizá alguien con su mala uva, consiga encajar más lo primero que lo segundo.
Nunca se sabe.
El futuro de cualquiera es siempre una incógnita destinada a matar apuestas.
Por encima de pronósticos que de poco sirven, el sinceramiento de la pasada víspera revela que, muerto el espacio, el creador del gran cotilleo en la TV basura procura higienizar su alma.
Muy pocos imitarán el gesto. Pero que hoy resuelva desemporcarse comporta mérito; y por encima de lo que demostró en los últimos cinco años, cabe reconocérselo.
PD. Mientras planea su futuro, Jorge Javier Vázquez ingresa al contingente de 132.378 nuevos parados en España.

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