Las seis condiciones anticorrupción que plantea Ciudadanos al PP son una farsa. Desesperados por sus pocos votantes, camino a la extinción, Rivera y sus falangistas se aferran a cualquier cosa que huela a poder. Ellos son especialistas en oler braguetas, cuanto más sucias mejor, y en el PP, encuentran su ideal de gestión antisocial. Una vez reelegido Rajoy, hará lo que quiera su banda mafiosa.La amoralidad política de C´s lo autoriza. Por ello, borrar los seis puntos no será problema. Ellos han probado anchas tragaderas en la consecuencia derechista. Primero era el no a Rajoy. Ahora lo acepta de buen grado, con sus corruptelas y medidas antisociales. Es el camino que al final pavimentará el PSOE. La anterior y fracasada sociedad con Rivera definió un estilo político común. El mismo que practicaron Zapatero y Rubalcaba, refrendado por varios barones, las viejas momias y el influyente corrupto Felipe González. La precaria terquedad del cadavérico Sánchez y su propio no a Rajoy, será rematada por su destitución, pospuesta por ahora a manos de Susana Díaz y la tropa abiertamente conciliadora con el PP. Este interregno del actual Secretario General les resulta conveniente en estos instantes de cierta incertidumbre política, sin duda favorecida por Unidos Podemos y sus inconsecuencias.Ellos son responsables de este colapso político en la izquierda, regida por el trío Iglesias-Garzón-Errejón. De forma tal que, la iniciativa corresponde a una restauración parcial de la extrema derecha y su encadenamiento inamovible a Merkel y la UE.La única alternativa, a largo o mediano plazo, será para los militantes más lúcidos abandonar Unidos Podemos, conformando una alternativa programática intransigente.Con ellos, símil de Syriza, nada bueno tiene porvenir.
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