Los carnavales han pasado, pero los disfraces están a la orden del dia.
De extrema derecha a una izquierda que no es tal, Esperanza Aguirre se
disfraza de blanca paloma, intentando en vano esconder su plumaje de
cuervo negro hembra, Cristina Cifuentes, de cigueña regeneradora de lo
irregenerable. Albert Rivera de lider unionista de los españoles de la
Falange, cuando le interesan más que nada el Ibex35 y defender a Rajoy. Y
este mismo, de sapo cancionero de la corrupción,
que no canta, ni baila, ni nada. El disfraz de Pedro Sánchez cosido por
los barones costureros, de nuevo Rey Sol sin mayoría para gobernar. Oh,
que pena! La parda susana (Díaz) de Sor Juana Inés de la Moncloa y el
"orden constitucional" en esta falsa democracia, mientras Pablo Iglesias
no precisa disfrazarse de burlón ante los demás mamarrachos porque lo
és, de hecho y por derecho propio. De ahí su chanza sobre "el presidente
que no se reúne con el vice", en el imposible gobierno de los que
disfrazan su indiferencia, frente a la miseria y precariedad de catorce
millones de españoles.
En los tristísimos carnavales hispanos, sin vedettes, ni plumas y en el epicentro de tanta desvergüenza, se erige como Rey Momo, de trono hecho jirones, el gran espantajo de la Eurozona, Don Felipe González Márquez. Faltaría más.
En los tristísimos carnavales hispanos, sin vedettes, ni plumas y en el epicentro de tanta desvergüenza, se erige como Rey Momo, de trono hecho jirones, el gran espantajo de la Eurozona, Don Felipe González Márquez. Faltaría más.
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