En los medios virtuales se emplea cada día más el lenguaje telegráfico. Siendo así, en adelante voy a suprimir todo artículo de fondo en Facebook, remitiéndolo a mi reanimado blog. En cuanto a mis novelas, dudo que muchos "amigos" de entre los miles que figuran en mi muro, lean alguna. Lo entiendo. La exigencia para cualquier lector que presuponen mis labores de largo recorrido, es que deben pensar, desde cierta base cultural y el cultivo de la emoción. Es la única forma de leerme, a diferencia de otros, entregados a cultivar redundancias que se revisten con preciosismos lingüisticos francamente churriguerescos, sin ir a ninguna parte. Y la mayoría, that is the question, no quieren emplear la razón y las emociones, más allá de digerir algunas frases cortas, y mejor aún si son gratuitas.
Pues bien, hasta aquí hemos llegado. En tal sentido, pienso dedicar mi tiempo, en líneas generales, a escribir novelas con mayor frecuencia, rebajando estos otros decibeles. Por ahora las continuaré publicando en Kindle Amazon sin buscar editorial ni agentes. Ya me harté de dialogar con idiotas y tramposos con delirios de grandeza, siendo en verdad tan pequeños. A diferencia de otros colegas ventilando gangas literarias(¡Madre mía!), ofrezco calidad. El precio lo establece el sistema. Hay en estos dramáticos instantes de crisis económica, social y moral, cierta polémica sobre la literatura española (e hispanoamericana) de los últimos treinta años. Ello indica que algo se está moviendo y removiendo en contenidos, juzgados hasta ayer como aceptables o maravillosos.
Aguardo que la polémica crezca. No seré parte de ella. Hace cinco años que me quemo las pestañas en mi blog y el Facebook, escribiendo en tal sentido y, realmente, estoy cansado de echar voces al viento y alientos sobre el agua.
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