Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

domingo, 22 de noviembre de 2009

EL PEQUEÑO BASTONERO Y SU TROUPE.

Ahí está el dueño del circo. Sujeto que las circunstancias más penosas de un país convirtieron en bastonero de la función.

Ya lo anticipé en otro artículo. No tengo la bola de vidrio pero conozco a fondo el populismo por haberlo vivido y estudiado. Y, quiérase o no, este ejemplar es populista. Carente de atractivo personal, ha estudiado a Perón muy a fondo; a diferencia de Menem, viejo transformista que era un espontáneo del sector con arrestos cariñosos y hasta dulzones en alguna ocasión.

Este otro espécimen del terrario peronista no desparrama dulces; sí alguna que otra piruleta a los fieles. Eso sí, para serle fiel de verdad hay que barrerle el piso con el apéndice lingüal. Una vez realizada la húmeda reverencia y analizados a fondo los servicios que le puede prestar el manumiso, en una de esas le suelta la prebenda.

Lo último en su caja de trucos radica en la posibilidad de ceder ("si así lo decide la justicia" (sic), personería gremial a los trabajadores del Metro, entregando a cambio, la obra social del sector a Moyano y sus secuaces.

Esto se llama negociar con la ética como si se tratara de una mercancía. A fondo, y con los fondos de otros. Pues quienes cotizarían para la "obra social" serían los del nuevo sindicato, no los gorilas de Moyano. O sea...

En los últimos tiempos Néstor se ha vuelto diestro en manejar fondos ajenos. Los de la "Anses" -pertenecientes teóricamente a los jubilados- fueron destinados a los 180 "mangos" famosos, de los que se jacta cual Madre María la señora Cristina Fernández, genuina "Marilú" presidencial.

La jugada del populismo kirchneriano sigue respaldada paso a paso por el señor Verbitsky y un conglomerado nacional- izquierdista en el que ni el sujeto más honrado e imparcial se libra de ser usado en el formato de contrapeso ideológico, como una libra de carne.

Ahí está el digno Osvaldo Bayer, recordándonos que Julio Argentino Roca y sus descendientes de jinetas, soles y estrellas fueron instrumentos de la oligarquía. Y, salvando tal vez los famosos diez o doce años del primer Perón, así ha sido.

Leer a Bayer o deleitarse con algunas denuncias de plantilla que dejan al señor Mauricio Macri con el trasero al aire, permiten olvidar por un instante el resto de "Página 12" y los tan estúpidos grafismos de Rep, que dibuja a Perón (para el mazacote histérico de Feinmann) oliendo flores en vez de plantas carnívoras.
Pero un vehículo ideológico que sirve a personajes autoritarios y logreros no deja de cumplir su función muchos más instantes.

Y una de las alquimias de estos Kirchner radica en entreverar en su "kriminal tango" tráansido de acordes mafiosos, ciertas causas justas o necesarias con miserias y miserables.

Juan Perón fue además de patriota -se admita o no- un maestro en la cualidad. La diferencia con estos epígonos radica en su brillo personal y el de una época próspera. Ésta otra ofrece ejemplares peculiares, aunque francamente inferiores. Roca sirvió a la oligarquía y a sus amigos militares, beneficiados con miles de hectáreas fértiles luego de masacrar indígenas a rolete. Sus discípulos operaron en igual sentido desde 1930 hasta 1943. Desde Menem hasta hoy -ya sin milicos que enjaezar y mimar- una voraz burguesía política, asociada a poderes fácticos y una intermitente vocación clientelar, hace fortuna. Los Kirchner la encabezan, a costa de pelearse con socios mal avenidos y políticos o medios que no los reverencian con la lengua o saltan del carromato antes de la nueva función.

En horas bajas, Moyano & cía ganan ciertas posiciones, al igual que los burócratas sindicales que flanquearon a Perón en el ´55, oficiando los funerales de su exhausto régimen No serán los únicos. Mientras tanto el otrora poderoso matrimonio gana tiempo antes de que los últimos resultados electorales florezcan en el jardín congresual, xodiéndoles el creciente bienestar de propiedades y cuentas bancarias. Tiempo y dinero, invertido de alma en prósperos negocios que un juez tan cuestionado como el señor Oyharbide (sólo posible en Argentina o las selvas tropicales) no perturbará, más allá de la finta.

El magistrado procura en vano imitar a Garzón. Igual que Obama a Roosevelt, Néstor a Perón, Cristina a Evita y Hebe de Bonafini a cualquier madre heroica.

Vaya correveidile más cutre. Nadie termina siendo quién quiere ser o siquiera representar, si no pone esfuerzo. Me refiero al teñido de amor por la Patria. Y no es que a éstos les falte al menos pasión para enriquecerse, y mangonear al prójimo con estampitas o arrestos éticos desde cualquier juzgado.

En el "Sarrasani" o el "Circo Hindú" de mi infancia, los bastoneros y sus ilusionistas lo hacían mejor en carpas montadas en terrenos baldíos.

Había unos cuantos guanacos, humildes monitos, serpientes sin el cascabel y algún par de pumas viejos o leones desdentados. Pero al ser la gente del circo sincera en su metier, todo, incluso las manidas bromas de los payasos, sonaba veraz, y en materia de tradición lo era. Hasta los falsos gorilas, resultaban bastante más "monos" que Hugo Moyano; beneficiado en ciernes con una nueva tajada del esfuerzo ajeno, por obra y gracia de esta manera de gobernar y montar el otro circo en terrenos baldíos.
En los que cuatro millones de pobres e indigentes lloran, y tan, pero tan pocos bailan.




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